~09~

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El menor fue el primero en abrir sus ojos, despertándose con el suave resplandor del sol que se filtraba a través de las finas cortinas blancas de la habitación de Mingyu. Observó a su costado y su mirada se posó instantáneamente en su amigo, quien aún dormía profunda y plácidamente. Decidió no molestarlo ni interrumpir su sueño; no tenía corazón para hacerlo.

Así que, se levantó con cuidado, procurando no hacer demasiado ruido, y se dirigió al baño, donde se aseó antes de vestirse con un conjunto de ropa limpia y cómoda que había sacado de su mochila previamente. Al llegar al piso inferior, caminó hacia la cocina, moviéndose con sigilo y cautela, esforzándose para no perturbar el tranquilo ambiente de la mañana. No quería despertar a nadie, particularmente al padre de su amigo, considerando cómo habían terminado las cosas horas atrás.

Empero al cruzar el umbral de la cocina y entrar, Jungkook se encontró con una imagen digna de admirar y la cual lo hizo detenerse en seco. El atractivo hombre estaba sentado en la mesa relajadamente, disfrutando de su café matutino mientras se sumergía en la lectura del periódico con una expresión concentrada que le erizó la piel. Los rayos del sol que se filtraban por los grandes ventanales, destacaban el brillo de su cabello castaño y creaba destellos dorados que capturaban toda su atención. Su mandíbula estaba ligeramente apretada, añadiendo un toque de intensidad a la escena.

Podía quedarse allí, en silencio e inmóvil, observándolo con admiración por horas sin sentir agotamiento.

Sin embargo, la realidad de la situación lo golpeó de su ensimismamiento y Jungkook no estaba seguro de cómo abordar la situación, porque la idea de saludarlo se presentó como un dilema. ¿Debía saludarlo casualmente, como si nada hubiera sucedido, o sería mejor salir corriendo y desaparecer como un puto conejo asustado?

Finalmente, decidió carraspear suavemente, tratando de romper la paz del momento. Su cuerpo se llenó de adrenalina cuando los ojos de Taehyung se apartaron del periódico y sus ojos se encontraron con los suyos. Mantuvo sus labios apretados, una expresión enigmática que dejaba a Jungkook sin saber cómo interpretarla. La habitación se llenó de un silencio incómodo mientras los dos enfrentaban sus miradas.

-Buenos días, Jungkook – Saludó el mayor con una voz ronca que hizo que Jungkook sintiera una especie de estremecimiento agradable.

Joder. ¿Esa era su voz matutina? Le generó una especie de anhelo poder despertar junto a él y oírla todos los días.

-Buenos días, señor Kim - Respondió, tratando de mantener la compostura a pesar de la sutil onda de electricidad que recorría su cuerpo.

-¿Qué haces despierto a esta hora? – Desvió completamente la atención del periódico, abandonándolo sobre la mesa, y daba un sorbo a su café. No despegó los ojos del joven, y Jungkook sintió cómo la intensa mirada le comenzaba a provocar cosas.

Carajo, no. No dirijas toda tu atención hacia mí.

-No pude dormir más – Respondió nervioso, mordiéndose rápidamente el labio inferior como respuesta involuntaria a la intensidad de la mirada del contrario.

-Ven, siéntate y come algo – Sonrió lentamente, mirándolo a través de pestañas imposiblemente largas que le conferían un encanto irresistible –Preparé café por si gustas.

-Gracias, señor Kim - Jungkook asintió tímidamente.

Se acercó a la encimera con pasos cuidadosos, sintiendo la intensidad de la mirada de Taehyung en cada paso que daba. Se sirvió el líquido en una taza y luego se acomodó en la silla frente a él. Su respiración era tranquila y, ahora también, se encontraba más calmado al notar la reacción aparentemente positiva del mayor. Tal vez era mejor así, dejar que las cosas siguieran su rumbo, evitando tocar el tema y fingir demencia.

El padre de mi mejor amigo. // -VKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora