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-Hola, Hobi – Saludó Jungkook una vez que lo vio en la entrada de la casa, su semblante irradiaba una mezcla de emoción y recato.

-Hola, guapo – Sus ojos se posaron en él, dejando que su mirada resplandeciera junto al destello de una brillante sonrisa que se formó en sus rosados labios, y luego asintió cálidamente hacia Mingyu –Hola, Mingyu.

-Todo parece ir genial por aquí, eh – Comentó Jungkook mientras sus ojos paseaban por toda la vivienda, capturando el caos descontrolado que la habitaba. El lugar parecía un hervidero de actividad.

-Así es – Asintió en confirmación, mientras movía la botella de cerveza que sostenía en la mano y deslizando sus ojos hacia el interior de la casa. Luego de unos segundos, su atención se volvió hacia Mingyu –Por cierto... - Agregó en un tono casual, como si lo que fuese a decir no tuviese mayor importancia –¿Ese carro es de tu padre?

Sin duda, su intento de disimulo falló notablemente, pues cualquiera hubiese podido notar el brillo de admiración en sus ojos y la exaltación, apenas contenida, detrás del tono de voz en sus palabras.

-Sí, es de él.

-Mierda, ¡Qué máquina! – Comentó sacudiendo la cabeza; Jungkook apenas pudo reprimir la risa que quiso escapársele cuando fue evidente la expresión de asombro en Hoseok –Bueno, adelante, pasen y siéntanse como en sus casas. Agarren lo que quieran para beber.

Ambos asintieron y se adentraron. Jungkook quedó momentáneamente atónito por el panorama. La escena era caótica, rozando el nivel de una fiesta legendariamente descontrolada, pero, de alguna manera, emocionante. Si faltaba algo, era que la casa estuviera en llamas para recrear la famosa escena de "Proyecto X".

Mingyu le lanzó una sonrisa a Jungkook antes de tomar dos bebidas y entregarle una.

-Iré a dar una vuelta – Anunció Mingyu antes de desaparecer entre la multitud. Jungkook rió en voz baja ante la audacia de su amigo, sabía muy bien que el significado de "vuelta" era ir en busca de alguien. Así que se dispuso a explorar un poco más el lugar, dejándose llevar por la atmósfera contagiosa de la fiesta.

Sin embargo, cuando estaba a punto de decidir por dónde comenzar a moverse, sintió la presión suave de una mano en el hombro. Jungkook volteó bruscamente, listo para rechazar y quitar la mano desconocida, pero el perteneciente contacto sobre él era de nada más ni nada menos que de la presencia esplendorosa del padre de Mingyu, quien lo miraba con una sonrisa enigmática y un brillo intrigante en los ojos.

¿Qué carajos?

Jungkook parpadeo, primero desconcertado y luego extrañado, cuestionándose si la combinación de luces y música habían comenzado a distorsionar su percepción. ¿Estaba tan obsesionado con Taehyung que lo veía en todos lados? 

Estaba seguro que era una alucinación porque no tenía otra explicación mejor del por qué estaría allí, pero la bebida tampoco era un factor porque no había bebido tanto todavía como para llegar a ese punto.

-¿Señor Kim? – Sus ojos se expandieron con incredulidad, sin poder creer que estuviera allí de pie.

-Olvidaste tu teléfono en mi auto – Dijo extendiéndole el dispositivo y elevando ligeramente la voz para hacerse escuchar sobre la música estridente. Jungkook lo recibió algo confundido –Necesito que alguien me avise cuando venga por ustedes.

-Mingyu tiene su teléfono consigo.

-Lo sé, pero no confío en él para responder mensajes – Dijo rodando los ojos y haciendo una divertida mueca que provocó la risa en Jungkook.

-Entonces yo se lo enviaré. Tenga, anote su número, por favor – Le ofreció nuevamente su celular mientras veía cómo el señor Kim ingresaba su número.

El padre de mi mejor amigo. // -VKOOK-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora