🍂🍁Capítulo 11🍁🍂

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[~15 de noviembre~]

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— ¿Bonnie? — llamaron a mi puerta, la voz era apagada — Escuché que ya llegaste... ¿Me permites pasar? Necesito hablar contigo.

— Adelante. — me subí a mi cama y me tapé con un almohadón, al instante él abrió la puerta y se introdujo en la habitación.

— La verdad nunca creí que hablaría contigo este tipo de temas, puesto que no tienes ningún amigo... pero veo que ahora es necesario.delicadamente se sentó en la orilla inferior de mi cama, mirándome afligido.

— Oh... Sí, te escucho. — atento, me propuse a escuchar su discurso... muy seguramente tiene relación con su amigo, ya que se ve decepcionado.

— Me enteré de lo que tú y el pendejo de Fazbear hicieron ayer. ¿Te incómoda si hablo del tema?

Efectivamente, el asunto a tratar es ese. Hermanito, ¿Por qué eres tan predecible?

— No, puedes seguir.

— Sé que todo esto es nuevo para ti. Revisé el historial de tu computadora cuando saliste y me percaté de tus notables confusiones acerca de tu reproducción sexual. — ¿Se metió a mi computadora...? — ¿Te parece bien que aclare esas dudas que tienes?

— Ahm... — avergonzado, desvié la mirada — No creo que sea necesario ¿Sí?. Chica me ha explicado unas cositas.

— Oh... Bien, es bueno que tengas confianza con alguien más. Has dejado atrás tu afán de estar siempre solo, ¿Cierto?. — sonrió, empático — Ah, por cierto me preocupa el hecho de que pienses que te puedes embarazar; eres macho, los machos no se pueden embarazar.

— ¿Ah... no? — dije con interés y desconcierto, plantando nuevamente la mirada en él.

— No. Pero aún así cuídate, ¿Está bien?. No sé que haría si te pasa algo y no puedo hacer nada. Me volvería loco tal vez. — rió, tomé lo que comentó a modo de broma y me reí a su lado, aunque debo agregar que lo hice un poco nervioso.

— Gracias por estar siempre a mi lado. — le entregué una tierna sonrisa.

— De nada — la devolvió, a su vez se levantó de mi cama con bastantes ánimos — ¡Oh! Limpias bien cuando acabes, no me gustaría entrar a tu cuarto y oler puro esperma.

— ¡¿Qué?! ¡Oye, no! — juguetón y ciertamente con sentimientos de enojo, agarré el almohadón con el que me cubría y se lo lancé con todas mis fuerzas. Él solo se rió — ¡No digas ese tipo de cosas que me incomoda!

— ¡Jaja!~ Ya vente también a cenar, la comida ya está lista.

[...]

El oso de su armario sacó varias prendas, debatiendo consigo mismo sobre qué ropa debería elegir para usar el día de hoy. ¿Yo qué hacía? Mirar pacientemente la satisfacción de su vanidad. Acabando, ambos bajamos a desayunar y allí abajo nos esperaba el zorro con el desayuno preparado; olía bien, no mentiré.

『Aʅ αƚαɾԃҽƈҽɾ』┊ 𝑭𝒓𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora