『Aʅ αƚαɾԃҽƈҽɾ』┊ 𝑭𝒓𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆

🍁🍂 Capítulo 12 🍂🍁

[~Feliz cumpleaños~]

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Lunes. Lunes de una jodida semana más. Te preguntarás: ¿Qué pasó después de contemplar el hermoso atardecer en la azotea de mi casa? Pues, sucedieron cosas geniales aunque también amargas: Fazbear se quedó conmigo con tal de hacerme compañía en la noche y, claro, las caricias y mimos no pudieron faltar al gozo de reunirnos una vez más; sus cálidos labios, el calor de su cuerpo, el sentir su lengua recorrer y explorar cada rincón de mi cuerpo lograba erizarme la piel; cada célula... En fin, hablaba del comienzo de esta nueva semana ¿Verdad?

Me precipité demasiado en la idea de mantener la incertidumbre con respecto a mi condición al cuerpo académico, sé que debo separar mi vida personal — lo que sea que me haya pasado — con mis estudios; sin embargo, el pensar en los rumores que han de andar por allí me generan demasiada inseguridad e inquietud, no me agrada para nada el hecho de estar en bocas ajenas. Pero al final decidí acudir al instituto.

— Bonnie, ¿Estás bien? — gentil y sútil, Chica me sacó de mis pensamientos para llevar a cabo esa cuestión. — Te noto algo ido.

— Yo... — me quedé en silencio por unos segundos, planeado lo que diría... — Estoy bien, muchas gracias por preocuparte.

— Por favor Bonnie, trata de contactarte conmigo si algo malo pasa ¿De acuerdo? — sonrió, tierna.

— Sí, lo haré. — con sigilo crucé los dedos por detrás de mi espalda...

Concluida la primer clase del día — y con bastante tiempo de sobra — opté por sentarme en alguna banca del plantel con mi única finalidad de intentar componer alguna melodía en las notas de mi cuaderno. Evidentemente, varios estudiantes y compañeros se dirigían a mí con lástima y consternación ¿Por qué? Solo hacían sentirme peor.

«"Oye, amigo ¿Por qué te presentaste en ese dueto de Halloween? ¡Mira como terminaste!»; «¿Estás bien después de todo lo que te pasó?»; «¿Sabías que tu historia ahora es tendencia en las redes sociales de los demás?»; «¡Hey, miren ahí! Él es el que se echó a su compañero de dueto y dicen que la envidia de muchos le provocó su karma, pobrecito.»

Las saladas lágrimas empaparon mis hojas y acordes, de oír esos comentarios por doquier me transportaban al sufrimiento bajo las manos de ese puto oso; alambres cortando mi piel, súplicas incesantes por conseguir libertad y drogas que me obligó a consumir disfrazadas de inofensivos postres. De igual manera recordé bellos momentos que pasé con Chica, el oso pardo y Spring... Tantas cosas que me han pasado en tan poco tiempo. ¿Por qué tuve que hacer sido yo? ¡¿Por qué?!. ¿Por qué me está costando muy caro el haberte conocido...?

Guardé mis partituras, saqué unas monedas de mi mochila y me la colgué sobre el hombro. Fui a la cafetería más cercana y compré una cajita de besitos de nuez, inclusive los vendedores formularon la misma pregunta que tantas veces he escuchado en este maldito día.

— ¿Tú no eres el jovencito del cual todos hablan, el del inoportuno accidente?

— No — me negué — , me temo que se ha confundido.

Sin ofrecer más respuestas, pagué por la caja y me retiré del lugar mientras masticaba mis galletitas. En el camino, me encontré cara a cara con Chica; no me pude contener y rompí en llanto para obtener su consuelo. Dejé caer el recipiente de galletas y ambos nos unimos para formar un cálido abrazo.