『Aʅ αƚαɾԃҽƈҽɾ』┊ 𝑭𝒓𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆

🍁🍂Capítulo 10🍂🍁 [Editando]

[~Waffles~]

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>Martes previo a lo acontecido (dos días después de que Bonnie fue secuestrado)<

[Punto de vista de Golden]

He preparado un poco de exquisita comida para llevarle y encargarme de que por lo menos deleite algo. Cargué sobre mis manos una pequeña bandeja dorada que contenía la cena recién hecha, me dirigí hasta dónde estaba él.

Sí, sí. Lo sé. Muy seguramente te preguntarás: "¿Por qué carajos tendría que contar su punto de vista el asqueroso y monstruoso oso que ha secuestrado a Bonnie, además de ser el responsable de la planificación de todo lo sucedido anteriormente?" Bien, no te daré esa respuesta. Sólo tienes que abstenerte a seguir leyendo.

En cuanto al conejo tono púrpura, él estaba amarrado con las manos detrás de su espalda. Sentado en el suelo, intentando librarse de las ataduras que conformaban su prisión.

- Te traje algo de cenar. - comenté, me hinqué al frente suyo para entregarle la comida - Come o si no morirás de hambre.

El menor no me brindó respuesta. ¿Pues cómo? Si su hocico está tapado.

- Me tomé el tiempo de elaborar unos cuantos waffles bañados en jarabe de cereza, le puse un poco de frutos rojos para que los disfrutes mejor. - sonreí, descubriendo la boca del conejo al quitar esa tela blanca. Lo primero que recibí fueron protestas.

- ¡Puedes llevarte tus horribles waffles y metertelos por donde te quepan, no les daré siquiera una probada a esas cosas!

- Hmm... ¿Por? Están bien ricos - suave y lentamente pasé mi dedo índice sobre el exceso de jarabe, llevándolo poco después a mi boca para saborearlo - , sería una pena si los llegas a desperdiciar.

Bonnie se mantuvo en silencio, su vista contemplaba el frío suelo con cierto patrón al estilo ajedrez.

- ¡Oh! - chasqueé los dedos - , ¡Ya sé porque no los quieres!.

Él me dirigió la mirada, desconcertado.

- ¿Uh? - musitó

- Admito que te he drogado dos veces con la ayuda de los alimentos que has ingerido. He ahí tu desconfianza en estos waffles, pero créeme: ¡Esta no es la ocasión! - reí dulcemente.

- ¿Por qué suenas tan irritantemente relajado? Es muy serio lo que me estás diciendo, no es un juego.

Al escuchar esas palabras me puse de pie, dejé la bandeja en compañía del plato con waffles a un lado de Bonnie y me puse firme, dispuesto a hablar.

- Y por esa razón odio a los jóvenes de tu edad. Tú crees que lo que te hice es algo malo, pero ni siquiera llega a ser tan perjudicial para tu salud. Es mucho más peligroso las sustancias ilícitas que deliberadamente consumen ustedes de forma despreocupada. Poniéndose hasta la madre hundidos en el vicio, follando irresponsablemente sin tener en cuenta sus consecuencias. - refuté, me acerqué a él y le susurré a su oído - Eres obstinado, y un idiota al igual que todos ellos. - reí.