CAP 21

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∆POV JENNIE

Después de que mis amigas se fueron, la casa quedó en un silencio que parecía amplificar cada pensamiento en mi mente. Estaba sentada en mi habitación, mirando la caja envuelta con el pequeño mameluco y los zapatitos de bebé, sintiendo una mezcla de nerviosismo y miedo. ¿Cómo reaccionará Leo? ¿Estará feliz? ¿Asustado? ¿Se enojará?

Traté de imaginar diferentes escenarios, pero cada uno me llenaba de más ansiedad. ¿Y si no estaba listo para esto? ¿Y si decidía que era demasiado? Estos pensamientos comenzaron a dar vueltas en mi cabeza, aumentando mi inquietud. Sentí un nudo en el estómago, una sensación que no había podido sacudirme desde que me había desmayado.

De repente, un sonido me sacó de mis pensamientos. Era la puerta de abajo, seguida por la voz de una de las empleadas del lugar. Escuché cómo abría la puerta y dejaba pasar a Leo. Mi corazón comenzó a latir más rápido, casi podía escuchar su ritmo en mis oídos. Me levanté de la cama y me quedé de pie, incapaz de moverme, esperando a que él llegara a mi habitación.

Unos segundos después, la puerta de mi habitación se abrió y Leo entró, con su sonrisa habitual y una bolsa en la mano. Por un momento, todo pareció normal. Pero en cuanto nuestras miradas se cruzaron, mis nervios volvieron con toda su fuerza. Él parecía tan despreocupado, tan feliz de verme, mientras yo me sentía un nudo de emociones.

-¡Hey, hermosa! -dijo, dejando la bolsa a un lado y acercándose para darme un beso.

Sentí cómo mis nervios aumentaban aún más. Mi mente corría, pensando en cómo iba a decirle, qué palabras usaría. Traté de mantener la calma, pero la idea de lo que estaba a punto de hacer me hacía sentir vulnerable y asustada.

-Hola, Leo... -logré decir, tratando de sonreír, pero sabía que mis ojos probablemente mostraban la tormenta de emociones dentro de mí.

Leo se detuvo, frunciendo el ceño levemente, notando que algo no estaba bien, no solía llamarlo mucho por su nombre .

-¿Estás bien? Pareces... preocupada. -dijo, con un tono de preocupación en su voz.

Tragué saliva, sintiendo cómo mi garganta se secaba. Este era el momento, no podía seguir evitando la conversación. Debía decirle la verdad, aunque me aterrorizara lo que pudiera pasar. Pero justo cuando iba a hablar, sentí que mis palabras se atoraban. Simplemente no podía hacerlo. Mis ojos se desviaron hacia la caja envuelta en el escritorio, y Leo siguió mi mirada.

-¿Qué es eso? -preguntó, curioso.

Respiré hondo, tratando de reunir el valor que necesitaba. Este era el momento. Sin embargo, los nervios seguían presentes, y mis manos temblaban ligeramente. Sentía como si el tiempo se ralentizara, y el silencio en la habitación se volviera casi ensordecedor.

-Es... algo que quería darte. -dije finalmente, mi voz apenas un susurro.

Leo se acercó a la caja y la tomó en sus manos, mirándome una vez más antes de comenzar a abrirla. Mientras lo hacía, mi corazón latía tan rápido que pensé que podría desmayarme de nuevo. Sabía que lo que fuera que sucediera después de esto cambiaría nuestras vidas para siempre.

Cuando Leo levantó la tapa de la caja y vio lo que había dentro, vi cómo sus ojos se agrandaron por la sorpresa. Al instante, su expresión cambió a una mezcla de incredulidad y comprensión. Y en ese momento, todo lo que podía hacer era esperar, con el aliento contenido, para ver cómo reaccionaría.

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∆POV LEO

Al abrir la caja que Jennie me dio, sentí una mezcla de nerviosismo y curiosidad. Mi mente corría con posibilidades, desde algo trivial hasta algo importante. Pero cuando vi el pequeño mameluco y los zapatitos Cristian Dior iguales que los míos pero de bebé dentro, me quedé paralizado. Sentí como si el tiempo se detuviera. ¿Esto es real? ¿Es posible que...?

TE FALLE (JENLIM).   (JENLISA). (GIP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora