♡𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨𝐬 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞𝐥𝐚𝐳𝐚𝐝𝐨𝐬/ 𝐊𝐨𝐦𝐢𝐧𝐞♡

Manipulación

"— ¿Necesitas algo?.— Cuestiono Elizabeth.— ¿Puedes explicarme porque viniste a mi hogar a estas horas?

— Quiero verla.— Dijo el hombre en un tono firme.

— ¿Disculpa?.—Cuestiono Elizabeth con los brazos cruzados.

— Quiero ver a mi hija, Esta aqui, ¿cierto?.— Cuestiono el hombre con una mirada seria.

El lugar se quedo en total silencio, ambos adultos mirandose el uno al otro con evidente rivalidad en sus ojos.

Elizabeth suspiro pesadamente.

— Sí, esta aquí. — Respondió sin tomarle importancia. — Pero, estás olvidando nuestro trato.

— El trato era que no le harías nada si hacia lo que me pedías. — Respondió el hombre enojado.

— Exacto, el trato no implicaba verla.— Respondió Elizabeth con una sonrisa.— Además, ella parece estar feliz justo ahora, tiene padres adoptivos, la deje en buenas manos, aunque si quisiera podría hacer que ya no lo esté, ¿Eso es lo que buscas?.

Un silencio.

— ¿Cuánto tiempo más tengo que seguir haciendo lo que quieres?.— Cuestionó frustrado.

— Hasta el día en que logren atraparme.— Respondió Elizabeth con una sonrisa.— Pero llevo años haciendo esto, así que supongo hasta el día en que yo muera, aunque probablemente tu hija tampoco esté viva para ese entonces.

— Eres una maldita manipuladora.— Dijo el hombre enojado.

— Retírate de una vez de mi hogar, ¿Quieres?.— Hablo Elizabeth dándole la espalda y volviendo a su casa.

— Algún día te atraparan. — Dijo El hombre. Elizabeth siguió avanzando sin tomarle importancia. — Pagaras por todas las cosas que estas haciendo..."

— ¿Te sientes bien?.— Cuestionó Aiden preocupado. — Te noto muy distraída...

— Estoy bien.— Respondió Elizabeth sonriendole.

— Bueno...— Murmuró Aiden aun preocupado.

"— ¡¿Por qué yo tengo que robar esos documentos?!.— Exclamó asustada.

— Porque yo te lo ordeno.— Respondió Elizabeth.— Crearé alguna excusa para salir con mi marido y mi hijo...

— ¿Qué pasa si me atrapan?.— Cuestionó aún asustada.

— Te daré el tiempo suficiente. — Respondió Elizabeth.

— ¿Porqué no lo haces tú?.— Preguntó recostandose sobre un árbol.— ¿Tienes miedo a que te atrapen?.

— Guarda silencio. — Respondió Elizabeth buscando algo en su bolso.

— ¿Tienes miedo a que tu esposo o tu hijo te descubran y se les vaya la imagen de la buena persona que eres?.— Cuestionó en un tono burlón.

— ¡Cierra esa boca ahora mismo!.— Amenazó Elizabeth encendiendo llamas sobre sus manos.

— ¡Está bien! ¡Está bien! ¡Me callaré!.— Exclamó con una sonrisa nerviosa.

Elizabeth suspiro pesadamente y luego saco de su bolso algunos frascos pequeños con sangre y se los entrego a su compañera.