Sueño Adolescente - Goyuu

18 | Festival de linternas

Fue una sorpresa despertarse unos días después y encontrar una llamada perdida de Sukuna. Si Yuuji no estaba despierto antes, desde luego lo estaba ahora. Levantó una ceja y se frotó los ojos, confuso.

Sukuna nunca llamaba. Apenas enviaba mensajes.

Claro, los dos se estaban reconciliando. Lenta pero inexorablemente.

Yuuji miró el reloj digital de la mesilla de noche. Eran las seis de la mañana. Miró la hora de la llamada perdida.

4:32 DE LA MADRUGADA.

Se le secó la garganta de miedo. ¿Por qué le llamaría Sukuna tan temprano? ¿Se encontraba bien?

Sintió un nudo en el estómago.

¿Era su abuelo?

Su preocupación debía de ser lo bastante evidente como para despertar a Satoru de su profundo sueño. El hombre roncaba ruidosamente y se le caía la baba por la boca. Tenía el pelo revuelto y Yuuji se encogió al ver la costra que se le formaba alrededor de los ojos.

(Era asqueroso mientras dormía, pero Yuuji lo encontraba un poco entrañable).

"¿Hm?" Satoru tarareó mientras se estiraba. Su mano alcanzó a Yuuji. "¿Qué pasa, cariño?"

Su mano encontró la espalda de Yuuji, frotando círculos en ella tranquilamente. Yuuji se inclinó hacia el tacto y se recostó en el pecho de Satoru. Soltó un suspiro tembloroso.

"Ha llamado Sukuna", dijo Yuuji en voz baja.

"Ah", dijo Satoru.

Yuuji asintió y dejó el teléfono sobre el abdomen de Satoru. "Nunca me llama". Apoyó una mano en el estómago de su novio. "Estoy preocupado".

"Quizá estaba borracho", sugirió Satoru. "¿O quizá simplemente te echaba de menos?".

Yuuji soltó una risita seca. "No lo creo".

"¿Vas a volver a llamarle?" preguntó Satoru.

Yuuji jugueteó con la camisa pegada al pecho de Satoru. "No estoy seguro de querer hacerlo". Deslizó la tela hacia arriba, para poder sentir plenamente el calor corporal del hombre. "¿Y si dice algo malo?"

Satoru tarareó. "Cierto", dijo. "Pero si tiene algo que decir, más vale que le escuches".

Yuuji suspiró. "Sé que tienes razón".

"Entonces llámale", dijo Satoru con sencillez. "Seguiré aquí cuando termines".

Así que Yuuji hizo precisamente eso. De mala gana, abandonó el calor de Satoru y empezó a caminar hacia el vestíbulo. Normalmente, no contestaría al teléfono lejos de Satoru. Normalmente no tenía nada que ocultar, pero Sukuna era diferente; era más personal.

Y si Yuuji se enfadaba con Sukuna, no quería que Satoru viera ese lado de él.

Respiró hondo e intentó llamar a Sukuna. Esperaba que Sukuna no contestara. Si el hombre le había llamado tan temprano, probablemente se había desmayado justo después. Tal vez sólo era una llamada de borracho.

Pero no fue así. Sukuna contestó al segundo timbrazo.

"Sukki", dijo Yuuji, sorprendido de que Sukuna contestara tan rápido. "¿Por qué has llamado?"

"Yuuji", dijo Sukuna.

Su voz parecía tensa a pesar de que sólo había dicho una palabra. Yuuji conocía a su hermano lo suficiente como para saber que algo iba mal.

"¿Qué pasa?" preguntó Yuuji. Sintió un poco de miedo. "¿Es el abuelo?"

"No, no", respondió Sukuna inmediatamente. "No es el abuelo".