Sueño Adolescente - Goyuu

23 | Sobre hielo fino

Al día siguiente, Yuuji estaba tan nervioso que podía vomitar. Estaban en un pueblo cercano, explorando las festividades navideñas. A pesar de todas las festividades, Yuuji sólo tenía una cosa en mente: esta noche.

Esa noche, Yuuji se escaparía de la habitación del hotel. Sukuna y Junpei, por supuesto, le cubrirían. Yuuji se pondría la lencería (y el juguete sexual) y luego se pondría la ropa encima. Finalmente, se iría a la habitación de Satoru.

Esa era la peor parte. Él tendría el anillo en su bolso. Ya había envuelto la caja cuatro veces. Estaba temblando incluso al pensar en ello. No tenía ni idea de cómo se lo tomaría Satoru.

Pensó en la noche anterior. Pensó en el Satoru imaginario que lo alejaba con disgusto. El Satoru que rechazó su amor.

"¡Mira el mercado, Yuuji!" gritó Satoru cuando entraron en la plaza del pueblo. "¡Incluso tienen patinaje sobre hielo!"

Yuuji se sacudió de sus pensamientos. Satoru tenía razón. Estaban en el mercado, era Navidad: Yuuji debería estar disfrutando, no estresándose por algo que ni siquiera había ocurrido todavía.

Yuuji sonrió. "¿Dónde deberíamos ir primero?"

Se dirigieron a un puesto que vendía chocolate caliente. Satoru, por supuesto, insistió en pagar.

"¿Sabes?", dijo Yuuji mientras se llevaba la bebida a los labios. "Ya ni siquiera estás siendo sutil".

Satoru sonrió mientras sorbía de su taza. "¿Qué quieres decir?"

"Ya ni siquiera estamos con el grupo", explicó Yuuji mientras miraba a su alrededor. "Sólo estamos pasando el rato".

"¿Y?" Satoru se rió entre dientes.

"Entonces", explicó Yuuji. "Cualquiera supondrá que estamos saliendo".

Satoru se rió. "Está bien", dijo simplemente. "Quiero que sepan que eres mío".

Yuuji puso los ojos en blanco. "Eres imposible".

"Sabes que amas eso", se burló Satoru mientras su mano encontraba la de Yuuji.

A Yuuji se le subió el corazón a la garganta. Se atragantó con su chocolate caliente, escupiendo el dulce líquido. ¿Amor? Yuuji se puso rojo, y rezó para que Satoru pensara que era sólo por el frío.

"H-Hey, u-um", tartamudeó mientras su mano rechazaba los avances de Satoru. Señaló hacia otro puesto. "Tienen algunos regalos en ese puesto, v-vamos allí".

Satoru lo miró extrañado, levantando una ceja en señal de confusión. Guardó silencio antes de encogerse de hombros. "Claro, vamos".

Se dirigieron torpemente hacia la cabina, Yuuji con su taza de cacao caliente cubriéndose la cara y Satoru jugueteando con el asa de su taza. Yuuji estaba seguro de que Satoru estaba confuso. Estaba seguro de que su novio sentía lo mismo por él.

Frunció el ceño al recordar a Geto.

"¿Buscas un regalo para mí?" Satoru rió entre dientes cuando llegaron a la cabina.

La caseta estaba alejada del resto del pueblo de vacaciones. Yuuji y Satoru eran los únicos clientes de la caseta, lo que les pareció una lástima: tenía una mercancía preciosa. El puesto estaba muy bien decorado, con guirnaldas y coronas que adornaban la estructura. Aunque todavía había luz, las guirnaldas estaban decoradas con luces navideñas; debía de ser un espectáculo verlas cuando se ponía el sol. En cuanto a la mercancía, había muchas bolas de nieve. Todo hecho a mano, todo artesanal, no se parecía a nada que hubieran visto antes.

Yuuji sonrió a su novio. "Yo, eh, en realidad ya tengo tu regalo".

Satoru movió las cejas antes de mirar a su alrededor, observando la falta de gente a su alrededor. Rodeó la cintura de Yuuji con una mano y lo acercó.