Capítulo 66: Perdón

0 0 0
                                    

—Siempre tan inoportuno ¿no? —viendo al hombre tomar asiento al lado de él, había decidido reunirse en un pequeño restaurante, así no podía armar un escándalo fácilmente

—De alguien tenías que sacarlo Adam—sonriéndole— ¿ya ordenaron?

—Sí, pedimos tres platos de pasta con albóndigas acompañada de un estupendo whisky y dijimos que tu pagarías, eres el más viejo aquí y tu querías vernos

—Me parece injusto porque ambos son hombres que pueden pagar perfectamente su comida pero lo dejare pasar

—Vaya que alma tan caritativa, es algo muy inusual en ti

—Estoy intentando salir de mi zona de confort hoy—ve al abogado—estas muy silencioso ¿nada que decirme?

—Aparte que me estoy cansado de ver su horrenda cara nada que agregar—dándole un trago a su vaso

—Yo no estoy muy feliz tampoco de hacerlo, es impresionante que estemos de acuerdo con algo ¿no?

—Sabe suelo siempre darle rodeos a las cosas pero por alguna razón acaba de llegar y tengo unas ganas de irme que no puedo contener ¿va ir al punto? O simplemente comentara cosas que me harán desear partirle la cara en dos

—Veo que tus amenazas han tomado cierto aire de madurez, antes me solías insultar con cosas como que por accidente podrías romper mis documentos más importantes cuando podía tener una copia en la computadora

—La vida nos enseña muchas cosas pero veo que a usted no le ha enseñado mucho y no le ha tratado muy bien, sabe he escuchado que en la empresa Gómez hicieron una crema magnifica ocultan las arrugas usted seguro necesitara más de 10 envases de esa—sonriéndole—No la he probado porque no me hace falta

—No se te escapa ninguna—removiéndose algo incómodo, el publicista solo observaba, nunca había visto al hombre así—Como está tu padre ¿Aún siguen en prisión? Lo culparon esta vez de ladrón o asesinato

—Es mejor hombre que usted actualmente, una hermosa hija y esposa, sobrio desde hace años, quiere hablar con mi madre, yo que usted me cuido las espaldas después de todo ella se casó con él por alguna razón

—Que ni se le ocurra acercarse a mi mujer—frunciendo el ceño

— ¿Su mujer? Según tengo entendido se divorciara pronto

—Ok, ya basta los dos—viendo a su hermano, nota que le colocan los platos de comidas frente a ellos—dime ¿para que querías vernos? Si era para discutir creo que mejor buscamos otro lugar

—No vine a discutir, más bien vengo en paz ¿Bandera blanca? —viendo al abogado que parecía estar a la defensiva

—Suponiendo de lo que diga sea de calidad lo tomare en cuenta

—Lo mismo digo—lo ve— ¿a qué ha venido realmente? —lo ve suspirar y tomarse un trago del whisky ¿era el o estaba buscando fuerzas?

—Las personas siempre llegan a punto donde tocan fondo, creo que Adam lo hizo cuando esa mujer apareció en su vida y Marcos seguro fue cuando se fue de la casa, todos mucho antes que otros pero siempre llega el momento de que finalmente nos damos cuenta de que algo no está bien y no podemos continuar

—Es muy cierto todo eso, veo que lo terco no le quito el cerebro

—Por algo es abogado, pero quizás los años puede llegar a cegar a las personas, mira con esas ojeras, yo creo que ya lo debe estar ¿Qué piensas Marcos?

—Yo que el usaría lentes, son muy útiles, a mi sirven de maravilla, después de años frente a una computadora y tantos papeles de letras pequeñas, me temo que termine como usted, pero corro la suerte que como dice ya toque fondo y tengo muy claro mis objetivos

Enamorandome De Mi JefaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora