Jinsoo ayudó a su hermana Ha-na y a Min-jun a subir al vehículo de rescate. Detrás de ellos, otros Omegas que aún estaban conscientes y podían moverse por sí mismos se apresuraban a subir también. Aunque había muchos otros que no despertaban, los subían a otro vehículo de urgencia, el cual podía llevar hasta tres personas y rápidamente regresaba a la ciudad para llevarlos a un hospital seguro.
Volviendo con Jinsoo y Min-jun, Jinsoo notó que Min-jun se quejaba de dolor, apretando su vientre con fuerza. El sudor perlaba su frente y su respiración era irregular.
—Jinsoo... tengo mucho calor— murmuró Min-jun, con la voz quebrada por el dolor.
Jinsoo se dio cuenta entonces de lo que sucedía. Habían inyectado a Min-jun con un inductor de celo muy fuerte. Min-jun era un Omega. Las piezas del rompecabezas encajaron de repente en su mente.
—Te pusieron un inductor de celo —murmuró para sí mismo, confirmando sus sospechas—. Por eso te querían, por eso te secuestraron. Eres un Omega recesivo. Eres lo que ellos necesitaban.
Se sintió impotente y culpable por no haberlo descubierto antes.
—Pudiste habérmelo dicho, Min-jun —dijo con un tono de reproche—. ¿No confías en mí? Te podría haber protegido mejor. Soy un completo inútil. No pude proteger a mi hermana... ni siquiera a un buen amigo.
Min-jun abrió los ojos, luchando contra el dolor para hablar.
—No es tu culpa, Jinsoo —dijo con una débil sonrisa—. No podía decirte la verdad, pero te prometo que te lo explicaré todo cuando esté mejor.
Un nuevo espasmo de dolor recorrió el cuerpo de Min-jun, haciéndolo gritar. Jinsoo, alarmado, lo cargó en sus brazos
—Ha-na, sígueme. El trabajo aquí ya está hecho. Solo queda evacuar a los secuestrados —dijo Jinsoo con determinación.
Ha-na, aunque débil, pudo seguirlos hasta el auto del Alfa. Jinsoo manejó rápidamente pero con cuidado hacia el hospital donde habían preparado la seguridad para traer a los Omegas rescatados. Al llegar, cargó a Min-jun y ayudó a Ha-na, que aún podía caminar aunque con dificultad, y entraron.
Dos enfermeros se acercaron con una camilla y una silla de ruedas. Jinsoo puso a Min-jun en la camilla y ayudó a su hermana a sentarse en la silla de ruedas. El enfermero encargado de Min-jun lo llevó rápidamente a una sala donde lo atenderían. Un doctor se acercó a Jinsoo.
—¿Sabe qué le pudieron haber inyectado? —preguntó el doctor.
—No estoy seguro —respondió Jinsoo—. Cuando llegamos al edificio de BioNex ya estaba así. Creo que le dieron un inductor de celo. El problema es que es un Omega muy recesivo, tanto que incluso toma suplementos de Omega.
El doctor frunció el ceño.
—Forzar el celo de un Omega recesivo es extremadamente peligroso e ilegal. Supongo que es un invento de BioNex. Forzar el celo de un Omega recesivo es muy arriesgado, ya que su cuerpo no está preparado para esa situación. Si es extremadamente recesivo, podría perder la vida.
—¿Qué quiere decir exactamente? —preguntó Jinsoo, alarmado.
—Es como si a un Beta le inyectaran un inductor de celo con feromonas de Omega dominante. Su cuerpo podría entrar en un shock de feromonas, causando dolores intensos y fallos orgánicos. Los Omegas extremadamente recesivos no entran en celo porque sus órganos femeninos no están desarrollados completamente. Es por eso que no pueden quedar embarazados.
Jinsoo suspiró, asimilando la gravedad de la situación.
—BioNex necesitaba sus genes, los genes de un Omega extremadamente recesivo, para crear un suero que convertiría a todos en Omegas recesivos, es decir, en Betas.
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Ecos del Destino (omegaverse)
RomanceEn la vibrante ciudad de Seúl, Han Min-jun, un Omega ingeniero biomédico con una rara condición genética que lo hace pasar desapercibido como Beta, lleva una vida meticulosamente protegida. Kang Jinsoo, un Alpha investigador privado, se sumerge en l...