Era sorprendente la forma en la que el tiempo trabajaba, tan audaz y silencioso que dejaba sin palabras a las personas que podían ver atrás, admirando el trabajo realizado, lo superado, dejado atrás y avanzado; era increíble.
MinHo, por ejemplo, que veía con adoración a su esposo jugar en medio de la sala, haciendo tiempo entre su trabajo y el niño, cuando antes prefería quedarse en la mesa para trabajar lo de la semana siguiente si era posible, o viendo ambos una de las tantas series que aparecían en la cartelera de Netflix, hasta agotarse e irse a dormir. No es que siendo solamente pareja su vida fuera mala o aburrida, pero tener junto a ellos al pequeño azabache vestido de spiderman saltando aquí y allá, diciéndoles cuánto los quería para luego cambiar de conversación sobre lo que hizo en la tarde.
Era diferente. Todos los días tenían nuevas sorpresas, ya fueran buenas o malas. Estaban enfocados en cuidar de cada sueño del menor, para que pudiera disfrutar su infancia como todo niño debería.
MinHo finalmente dejó la taza que lavaba en su lugar y fue directo al sofá, viendo a su esposo haciéndose el herido con la lengua de fuera y aprovechó para sacarle unas cuantas fotografías. Luego agarró un peluche que tenía al lado para recostarse, pero el mini spiderman que apareció frente a él no lo dejó.
—Alto, ciudadano promedio. ¡Dame ese peluche!
El pelinaranja apretó los labios antes de ponerse serio y verlo con asombro.
—¡No! No puedes meterte con este peluche. Tengo que protegerlo. Es el peluche de mi hijo.
El menor inclinó la cabeza antes de darse la vuelta, caminando lentamente hasta la esquina de la mesita donde estaba la televisión. Ahí, levantó la máscara de trapo que tenía puesta y volteó hacia MinHo. Todo en cámara lenta.
Con voz casi grave y una mirada seria, le dijo: — Yo soy tu hijo.
MinHo dejó caer el peluche antes de levantarse y taparse la boca con una mano, completamente asombrado ante la gran declaración.
—¡Tan tan taaan! — cantó JiSung para imitar la musiquita de tensión que se veía en las películas.
Innie empezó a correr emocionado en la sala después de ponerse la máscara, olvidando el drama que había hecho. Entonces, MinHo se volvió a sentar al escucharlo jugar con sus peluches en su habitación.
—Ese niño es un gran actor.
—Sentí la tensión del momento como en la escena de los aviones del espacio.
—¿Star Wars? — cuestionó divertido.
JiSung hizo un ademán con su mano.
—Es lo mismo. Por cierto, estuve investigando esta tarde sobre algunos jardines, y SooJin me recomendó uno.
El pelinaranja hizo una mueca inconforme, pero asintió, dejando que JiSung continuara con la información.
—Está realmente cerca, no más de veinte minutos en auto y los horarios son accesibles. Las cuotas son buenas y, según las fotografías del lugar, es muy bonito. Tiene diferentes espacios de juegos y aprendizajes.
JiSung tomó su iPad y le mostró toda la información que había recibido. También habían imágenes del uniforme que tendrían que llevar y se veía muy cómodo. Los comentarios eran positivos.
Según la descripción del establecimiento, se trataba de un espacio completamente libre, enfocado en el bienestar y aprendizaje de los menores.
—¿Jardín Jaune?
—Es un nombre muy bonito y la temática del lugar se asemeja mucho a un verdadero jardín, como de fantasía. SooJin me lo recomendó porque su hijo mayor estuvo allí y este año entrará el menor al grado que le corresponde a Innie.
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❝We Are Jaune❞『•MinSung•』
عاطفية❝Donde el poseedor de unos pequeños ojitos de Bambi llegó a la vida de MinHo y JiSung para ganarse su corazón y así crear un bonito color: el amarillo.❞ El color favorito de todo lo contradictorio, o del optimismo al igual que de los celos. Es el co...