Cada mañana, cuando JiSung se despertaba y se dirigía a la habitación asignada a Innie, se tomaba unos segundos para apreciar la tranquilidad con la que el pequeño dormía. En ese tiempo, recordaba que tenía una llamada que hacer y debía informar lo que estaba sucediendo. Sin embargo, cuando sus ojitos brillantes se abrían y le regalaban su primera sonrisa del día, olvidaba todo y se aferraba a su gran deseo.
Tomó un taxi hacia la comisaría donde MinHo estaba junto al abogado, preguntándose durante el viaje si había sido correcto ignorar aquello y permitir que su deseo de ser padres se interpusiera.
Se cuestionaba si debió hacer la llamada después de alimentarlo, antes de que el vínculo se profundizara tanto en su corazón como para considerarse una familia.
Sin darse cuenta, sus ojos se nublaban con lágrimas al pensar en lo que sucedió después, un sentimiento amargo que llegaba hasta su estómago.
Afortunadamente, ya había llegado a la comisaría y bajó del auto de inmediato. Entró rápidamente, proporcionó sus datos a los oficiales y corrió hasta detenerse cuando llegó a los pasillos y vio a su esposo sentado en una banca, apoyado en la pared. A medida que avanzaba, podía ver sus ojos hinchados y su expresión decaída.
—MinHo.
—JiSung — respondió con una voz rasposa y bastante baja. El mencionado apenas lo había escuchado.
El peligris se acercó y se sentó a su lado, sosteniendo sus manos que estaban frías. También notó pequeñas heridas en sus dedos pulgares, lo cual lo alarmó en segundos.
—D-Dije que te esperaríamos en casa con una deliciosa comida.
—MinHo.
—Pero dejé que se lo llevaran.
—MinHo, por favor.
—Lo siento, lo siento, lo siento tanto — balbuceó, manteniendo la mirada en el suelo y apoyando su cabeza en el hombro de su pareja cuando éste lo abrazó.
JiSung se dedicó a abrazarlo, pasando su mano por su espalda como muestra de apoyo, susurrando palabras dulces en su oído para tranquilizarlo.
—No es tu culpa, cariño, no lo es.
En su interior, se culpaba a sí mismo, sabía que era responsable de que aquello ocurriera debido a su insistencia. Sin embargo, decidió guardar esa oración para él.
El pelinaranja levantó su rostro y se sorprendió al ver que el peligris, a pesar de llorar, intentaba transmitirle tranquilidad. Con sus pulgares, limpió las lágrimas de sus mejillas, teniendo cuidado y respirando profundamente junto a él, ya que ambos lo necesitaban.
—Vamos a calmarnos para poder conversar adecuadamente sobre lo que ocurrió, ¿de acuerdo, amor?
MinHo asintió y se incorporó en su lugar para comenzar desde el principio. En ese momento, el abogado se acercó a ellos con dos vasos de agua, que les entregó. Ambos agradecieron y luego lo escucharon atentamente.
—El detective Kim quiere hacerles unas preguntas, un interrogatorio, mejor dicho. ¿Creen que están en condiciones de ir? Podemos postergarlo para mañana.
—No—dijo JiSung—. Yo puedo responder perfectamente, no quiero esperar absolutamente nada.
—Yo también puedo, abogado Seo.
El pelimorado asintió y mantuvo su semblante inexpresivo—. Entonces, ya que están los dos juntos, vamos a ir en este momento. Estoy informado gracias a que ustedes me lo han contado desde el principio, así que estaré en la sala acompañándolos. Solo deben ser completamente sinceros.
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❝We Are Jaune❞『•MinSung•』
Romantizm❝Donde el poseedor de unos pequeños ojitos de Bambi llegó a la vida de MinHo y JiSung para ganarse su corazón y así crear un bonito color: el amarillo.❞ El color favorito de todo lo contradictorio, o del optimismo al igual que de los celos. Es el co...