"Detrás de las cámaras, dos actores, Patrick y Vera, comparten una química que va más allá de la pantalla. Trabajando juntos en un proyecto, descubren una conexión emocional y física que no pueden ignorar. Pero, ambos están casados y tienen que mant...
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Patrick no podía sacudirse las palabras de la madre de Vera de su mente. "La vida es corta, Patrick. No deberían desperdiciarla con personas que no los hacen felices". Se sentía como si un peso se hubiera levantado de sus hombros, pero también como si una sombra de tristeza se cerniera sobre él. ¿Por qué no había pensado en eso antes? ¿Por qué no había seguido su corazón?
La madre de Vera se acercó a él, con lágrimas en los ojos. "Patrick, ya puede entrar a ver a Vera. Los médicos dicen que... que no hay mucho tiempo".
Patrick se sintió como si su corazón se detuviera. ¿Estaría Vera empeorando? ¿Estaría cerca del final?
"Gracias", le dijo a la madre de Vera, tratando de contener sus emociones, pero su voz temblaba.
La madre de Vera le apretó el hombro. "Vaya, Patrick. Dígale que lo ama. Dígale que no se rinda".
Patrick tomó una profunda respiración y se dirigió hacia la habitación de Vera, con el corazón pesado de tristeza.
Patrick entró en la habitación de Vera, y se sintió como si el tiempo se detuviera. Vera yacía en la cama, pálida y frágil, con tubos y cables conectados a su cuerpo. Patrick se acercó a ella, y tomó su mano en la suya.
Patrick se inclinó hacia Vera, con el corazón roto en pedazos. "Vera, mi amor", susurró, con lágrimas cayendo por sus mejillas. "Te amo tanto, tanto que duele. Me arrepiento de no haberte dicho antes, de no haberte protegido, de no haberte amado como debía".
Vera no respondió, pero Patrick pudo sentir un leve apretón en su mano. Se sintió un rayo de esperanza en su corazón, pero también una profunda tristeza.
"Vera, mi amor", continuó Patrick, con la voz quebrada. "Quiero que sepas que te amo más que nada en este mundo. Quiero que sepas que estoy aquí para ti, que siempre estaré aquí para ti. No te rindas, por favor. No me dejes solo".
Vera no abrió los ojos, pero Patrick pudo sentir su mano apretar la suya con más fuerza. Se sintió como si su corazón estuviera siendo estrujado por una mano invisible.
"Vera, por favor", susurró Patrick, con la voz desesperada. "Despierta, por favor. No me dejes solo".
Pero Vera no despertó. Se quedó allí, inmóvil y silenciosa, con la mano de Patrick en la suya. Patrick se sintió como si el mundo se derrumbara a su alrededor, como si todo se estuviera acabando.
Y así se quedó, allí, llorando y rogando por que Vera despertara, por que no lo dejara solo en ese mundo oscuro y frío.
Los papás de Vera habían estado escuchando todo desde la puerta, sin atreverse a entrar. La madre de Vera se cubrió la boca con la mano, tratando de contener un grito. El padre de Vera se apoyó en la pared, con los ojos llenos de lágrimas.
Patrick no se dio cuenta de que ellos estaban allí, estaba demasiado sumido en su dolor. Pero cuando se dio cuenta, se sintió avergonzado y vulnerable.
