caminos cruzados

28 5 0
                                    

---

La lluvia caía sin parar sobre la ciudad de Tokio, la cual parecía aún más gris bajo el cielo nublado. Las calles, usualmente bulliciosas, estaban desiertas, y el único sonido que se escuchaba era el de las gotas de agua golpeando el suelo. En uno de los rincones más tranquilos de la ciudad, un pequeño café acogedor se mantenía cálido y seco, contrastando con el clima exterior.

Goku, un joven de unos 25 años, con una sonrisa amistosa y una aura de sencillez, entró al café para escapar de la lluvia. Era un hombre de gran corazón, siempre dispuesto a ayudar a los demás, aunque su vida parecía ser una rutina sin mayores sorpresas. Se sentó en una esquina tranquila y comenzó a hojear un libro mientras tomaba su café caliente.

Al mismo tiempo, Rias, una joven de 24 años, con cabello rojo intenso y una presencia magnética, estaba en el café realizando algunos trabajos para la universidad. Ella había decidido refugiarse del mal tiempo y había encontrado en el café un lugar perfecto para concentrarse.

El destino quiso que sus caminos se cruzaran cuando Rias, buscando un rincón apartado para sentarse, eligió la mesa justo enfrente de Goku. Su presencia capturó la atención de él, que, a pesar de estar absorto en su lectura, no pudo evitar levantar la vista y fijarse en ella.

—¿Hola? —dijo Goku, intentando romper el hielo—. ¿Estás ocupada? Si lo estás, puedo cambiarme a otra mesa.

Rias levantó la vista, sorprendida por la amabilidad del joven. Sus ojos, de un azul profundo, se encontraron con los de Goku, y una chispa de curiosidad brilló en ellos.

—No, no te preocupes —respondió Rias con una sonrisa cálida—. Aquí está bien. De hecho, es un buen lugar para escapar del ruido.

Goku sonrió y, después de un momento, se animó a iniciar una conversación.

—Parece que estamos ambos huyendo de la lluvia. Soy Goku, por cierto —dijo, estirando la mano en un gesto amistoso.

—Rias —respondió ella, estrechando su mano—. Encantada de conocerte.

A medida que pasaban los minutos, la conversación entre ellos fluyó con naturalidad. Goku hablaba con entusiasmo sobre sus pasatiempos y su trabajo, mientras que Rias compartía sus sueños y aspiraciones. Descubrieron que ambos tenían una pasión por la vida simple y por disfrutar de las pequeñas cosas. La lluvia seguía cayendo afuera, pero dentro del café, el tiempo parecía detenerse.

—Me alegra haber venido aquí hoy —dijo Rias, mirando a Goku con una mirada pensativa—. Creo que necesitaba hablar con alguien como tú.

Goku la miró con una mezcla de curiosidad y afecto.

—Yo también me alegro. A veces, la vida tiene maneras extrañas de unir a las personas, ¿no crees?

Rias asintió, sintiendo una conexión especial con él. La conversación continuó durante horas, y antes de darse cuenta, el café estaba a punto de cerrar. Ambos se levantaron para irse, pero no querían que la noche terminara.

—¿Te gustaría dar un paseo bajo la lluvia? —sugirió Goku, mirándola con una sonrisa esperanzada.

—¿Por qué no? —respondió Rias, aceptando la propuesta.

Caminaron juntos por las calles empapadas, compartiendo risas y miradas cómplices. La lluvia parecía ser la banda sonora perfecta para su creciente atracción mutua. Rias se acercó un poco más a Goku, sintiendo su calor y su cercanía.

—Sabes, creo que nunca había tenido una conversación tan sincera con alguien antes —dijo Rias, sintiendo el peso de la lluvia en sus hombros—. Es raro, pero en el buen sentido.

Goku la miró, sus ojos reflejando una mezcla de ternura y admiración.

—Para mí también es especial. Creo que a veces, las conexiones más profundas se forman en los momentos más inesperados.

La noche continuó, y cuando llegaron a la esquina de la calle, Goku tomó la mano de Rias con suavidad.

—¿Te gustaría que nos viéramos de nuevo? —preguntó, su voz llena de sinceridad.

Rias sonrió, sintiendo que su corazón latía con fuerza.

—Sí, me encantaría.

Los días siguientes estuvieron llenos de citas, risas y momentos compartidos. A medida que se conocían más, sus sentimientos se profundizaban. Cada encuentro fortalecía su vínculo, y pronto se dieron cuenta de que no podían imaginar sus vidas sin el otro.

Una tarde, bajo un cielo despejado, Goku y Rias se encontraron en un parque tranquilo. Después de una caminata por el sendero, Goku tomó la mano de Rias y se detuvo en un lugar apartado, rodeado de flores y árboles.

—Rias, no puedo evitar sentir que esto es algo muy especial. Desde el momento en que te conocí, supe que había encontrado a alguien increíble.

Rias lo miró, sintiendo lágrimas de felicidad en sus ojos.

—Yo también siento lo mismo, Goku. No puedo imaginar mi vida sin ti.

Goku, con el corazón lleno de emoción, se inclinó y la besó con ternura. Era un beso lleno de amor y promesas, un símbolo de su conexión profunda. Rias correspondió al beso, sintiendo una calidez que llenaba su ser.

Al separarse, Goku la miró con una sonrisa llena de amor.

—Te amo, Rias. Y quiero pasar el resto de mi vida contigo.

—Y yo te amo a ti, Goku —respondió Rias, abrazándolo con fuerza—. No hay nada que desee más que estar a tu lado.

Y así, bajo el cielo estrellado, Goku y Rias comenzaron un nuevo capítulo en sus vidas, uno lleno de amor, alegría y la promesa de un futuro juntos.

---

**Fin**

Goku x rias one shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora