DIEZ

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Naruto llega con su camioneta quince minutos después

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Naruto llega con su camioneta quince minutos después. Mientras baja la ventanilla, me grita:—¿Qué me haces por veinte yenes?

Abandono mi escondrijo entre los arbustos y salto a la camioneta tan rápido como puedo.

—¿Qué te parece un ojo morado? ¿Podemos irnos?

Estoy con los brazos cruzados sobre el pecho, tapándome.

—Era una broma —me dice mientras arranca por la calle vacía, encogiéndose de hombros y observándome—. De hecho, te queda bien. Aunque me resulta raro verte vestida como una chica. ¿De dónde has sacado la ropa? Sé que no es tuya porque no tiene mangas.

—Es de Shion.

—Ah, claro.

Pasamos por delante del colegio mayor y suspiro aliviada, agradecida de que los chicos del megáfono no hayan reparado en mí.

—Gracias por venir a recogerme. Es muy temprano.

—Ya estaba despierto.

Recorremos Main Street, donde están empezando a montar los tenderetes de la feria y nos saltamos el cruce de la calle de Shion a toda velocidad.

—Espera. Se supone que debías doblar esa esquina. Tengo que estar en casa de Shion antes de que mi madre venga a recogerme.

Naruto se gira hacia mí y levanta una ceja, esbozando una amplia sonrisa.

—Hyūga —me dice, alargando la mano y dándome unos golpecitos en la rodilla—, ¿en serio piensas que voy a recogerte de un lugar misterioso del campus vestida como una auténtica chica y dejarte en casa de Shion sin hacer preguntas? Ya puedes estar soltando todos los detalles.

—Naruto, tengo que...

—Vamos a desayunar. ¿En Ichiraku?

Ichiraku es el proveedor oficial de nuestra ración de ramen. Naruto y yo vamos muy a menudo, normalmente todas las mañanas que siguen a cenas veganas de hojas verdes.

Al tomar la calle, nos encontramos con un grupo de tiendas y puestos a medio montar de los que cuelgan manoplas de lana y baratijas de vivos colores. Hay gente que da vueltas y letreros que anuncian cerveza local y sidra caliente.

—¡Mira, la feria de artesanía! —exclama Naruto, inclinándose hacia el parabrisas con interés.

A continuación, detiene el vehículo en un espacio libre junto a la calzada.

—Naruto, la idea de recogerme era justamente para evitar la feria de artesanía. —Saco el móvil del bolso y miro la hora: las 8:24—. En serio, tengo que volver a casa de Shion.

Naruto se desabrocha el cinturón de seguridad.

—Bueno, pues dile a tu madre que estamos juntos y ya está. No va a enojarse.

La Primera VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora