VEINTITRÉS

328 56 37
                                    

No sé cómo, pero todo se ha ido a la mierda

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sé cómo, pero todo se ha ido a la mierda.

Después del baile de Sakura y Deidara como reina y rey de la fiesta, del regreso de Shion y Sāra, que han dejado el suelo tan mojado que Kiba Inuzuka ha resbalado y se ha caído, estoy tan agotada que me siento a la mesa sin ganas de bailar. Se está haciendo tarde. Algunas de las olas de cartón se han desprendido y una de las máquinas de burbujas no funciona.

Toneri se ha ido con Sasori, probablemente a fumar, y no voy a tomarme la molestia de ir a buscarlo. Suspiro y me levanto, dirigiéndome hacia el ponche. A estas alturas, ¿y qué si está bañado con algo de alcohol?

—Menudo baile de mierda, ¿eh? —dice Deidara tras de mí.

—Sí... —Sirvo una taza de ponche para mí y otra para él—. ¿Qué tal con Amaru?

Deidara se bebe de un trago el ponche, que le deja una delgada línea roja sobre el labio superior.

—Es simpática—responde con poco entusiasmo.

—Y ahí está el problema, ¿no?

—Las simpáticas no suelen ser mi tipo.

Ambos nos giramos y miramos hacia el lugar en que están Shion y Sāra, a las que están ayudando a asearse y secarse.

—¿Dónde está tu pareja? —pregunta Deidara.

—Y yo que sé... —contesto, tomando otro sorbo de ponche. Por alguna razón, tengo ganas de ser honesta.

—En el fondo, no te gusta tanto, ¿eh? —dice Deidara sin dudar.

—Es bueno tener una pareja para el baile.

—¿Qué quieres decir? —Deidara toma otro sorbo—. Podrías haber venido con cualquiera de nosotros.

—Sí, como amiga —suelto—. Ninguno de ustedes nunca, nunca, han intentado ligar conmigo... Porque no soy una chica de verdad. Es como si no existiera.

—Oh vamos, Hyūga, estás muy buena. —Lo dice sin darle demasiada importancia, y me coge desprevenida.

—¿Cómo?

—¿En serio piensas que nadie ha ligado contigo por eso?

—Pues sí —respondo—. Se dedican a hablar de todas sus extrañas funciones corporales en mi presencia, así que me parece evidente que no están...

—Nadie fue por ti, porque estabas con Uzumaki.

Al oír estas palabras, me pongo tensa. Si Deidara supiera cuánto deseo que eso fuera verdad.

—No estoy con Uzumaki —le recrimino, atusándome el pelo con frustración—. Ya sabes que él está con Shion, y con otros cinco millones de chicas.

Pronuncio estas palabras entre siseos, y detesto sonar tan celosa. No se suponía que iba a ser así.

Deidara niega con la cabeza.

La Primera VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora