Petunia sintió que el corazón se le caía en el pecho. Vio la flor florecer en la mano de su hermana, pequeña y hermosa. Había fascinación en los ojos de Lily, una sensación de asombro, pero sólo el horror se apoderó de Petunia. El viento se levantó a su alrededor y miles de pétalos de flores volaron hacia el cielo alrededor de las hermanas.
—¿No es maravilloso? —preguntó Lily con asombro, mirando fijamente la escena.
Petunia cerró los ojos. No podía respirar. No podía pensar. Era demasiado. La sangre le latía en los oídos como un tambor. Le fallaron las fuerzas y su propio peso la hizo caer de rodillas. Se aferró con fuerza a la hierba, como si le fuera la vida.
—¡Tunie! —llamó de repente Lily, arrodillándose junto a su hermana.
El viento se detuvo y las flores cayeron sobre las hermanas como nieve en julio. Lily tomó a sus hermanas y les estrechó la mano con preocupación.
"¿Estás bien?" preguntó la joven pelirroja.
La chica aterrorizada levantó la vista lentamente y se encontró con la mirada de su hermana, que tenía miedo. La adrenalina la invadió y se puso de pie de un salto, poniendo distancia entre ellas mientras retrocedía.
"Tú... tú..." La chica no podía pronunciar las palabras.
—¿Petunia? —preguntó Lily.
La otra niña continuó retrocediendo, sosteniéndose por el medio con manos temblorosas.
—Tú... fen... —Las palabras de Petunia se cortaron cuando perdió el equilibrio y cayó hacia atrás.
—¡Petunia! —gritó Lily, extendiendo la mano hacia su hermana con miedo.
La niña mayor sintió un dolor sordo que le bajaba de la frente. Se había torcido de una manera extraña al caer y se había golpeado la cabeza contra el suelo. Vio a su hermana acercarse a ella, con lágrimas corriendo por el rostro de la niña. Sollozaba, pidiendo ayuda desesperadamente, pero Petunia no podía oír ni una palabra de lo que decía. Sus miembros se sentían pesados, pero su mente se sintió repentinamente libre. Como si de repente hubiera salido de una niebla mental o hubiera tomado su taza de café matutino.
¿Café? ¿Por qué iba a tomar café? Tenía 11 años, no era precisamente una actitud responsable por su parte... Pero le encanta el café. Dos cucharadas de azúcar, una de crema, un chorrito de jarabe de arce en la taza y una rama de canela para mezclarlo. Así es como siempre lo consigue en la tienda local. Dave sabe que después de unas horas de trabajo necesita otro expreso para seguir adelante. Le lleva un bollo cuando su representante Marry no está cerca. Ella es muy estricta con las reglas.
Pero ¿Cómo sabía ella todo eso? ¿Quiénes eran Dave y Mary?
Petunia parpadeó lentamente y sus párpados se volvieron pesados. Vio vagamente otra figura junto a su hermana, pero no pudo distinguir quién era.
Las imágenes pasaban por su mente una y otra vez, recuerdos de otro lugar. Veía gente conduciendo por el lado equivocado de la carretera, autobuses escolares amarillos y malolientes y edificios escolares igualmente malolientes. Había una familia, su familia. Ahora lo veía con claridad.
Antes había sido Lucy Charleston, estudiante universitaria en Estados Unidos.
La casa de Charleston era un lugar desenfrenado y lleno de risas. Sus hermanos pequeños apagaban la luz cuando sabían que ella estaba leyendo, y luego volvían a encenderla después de unos segundos, riéndose. De alguna manera, ella no podía enojarse con ellos, sin importar cuántas veces lo hicieran. Sus padres la escuchaban y le hablaban como a una amiga. Bueno, hasta que la sorprendieron leyendo en medio de la noche.
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Caza de brujas: Reencarnada en Petunia Evans
FanfictionPetunia cae y recupera el sentido común. Ahora, armada con los recuerdos de su última vida, afronta esta con nuevo entusiasmo. Solo hay un problema: ha leído tantos fanfictions que no puede recordar qué es canon y qué no. Claro que sabe lo básico, p...