Petunia se quitó lentamente el vendaje, haciendo una mueca de dolor al sentir que le tiraba de la carne. Examinó la herida con dedos expertos. Ya estaba casi curada. Ya no necesitaría vendarla, pero el Doctor tenía razón en que daba miedo. Para diversión de las chicas, parecía similar a la cicatriz que Harry Potter había lucido en las películas. ¿Cuáles eran las probabilidades?
La ironía no pasó inadvertida para la chica. Tal vez esto fuera una especie de señal de que ya había cambiado las cosas para mejor. Solo podía tener esperanza.
"¡PETUUUUUNIAAAAAA!!!" llamó una voz infantil desde lo más profundo de la casa.
La niña se giró hacia la puerta abierta del baño y respiró profundamente.
"¡AQUÍ!" respondió ella, igualando el tono de la otra chica.
Se oían pasos rápidos y pequeños en el pasillo. Lily llegó a la puerta con una amplia sonrisa. Casi se resbaló en la madera por su parada repentina, pero se contuvo en el último momento. La niña levantó la mirada tímidamente, pero el brillo nunca abandonó sus ojos.
"¿Ya estás listo?"
Petunia puso los ojos en blanco y sacudió la cabeza ante la tonta pregunta.
—No —se dio la vuelta para terminar de comprobar su aspecto—. Casi.
—Ug —Lily se desplomó dramáticamente—. ¡Llegaremos tarde!
La morena frunció el ceño confundida. Se giró y miró el reloj de la pared.
—¿Aún no son las siete y media? —Se dio la vuelta—. Tengo mucho tiempo.
Lily soltó un grito exasperado.
—Tunnnniee —hizo pucheros y dejó sobresalir el labio inferior.
Petunia puso los ojos en blanco, divertida con el niño.
—Continúa, si sigues distrayéndome puede que lleguemos tarde.
Su hermana menor jadeó, mortificada por la idea, y corrió hacia la puerta. Casi se resbaló otra vez mientras bajaba las escaleras a gatas.
—¡Revisa tu bolso y asegúrate de que tienes todo! —gritó Petunia mientras veía a la niña alejarse corriendo.
Se volvió hacia su reflejo y se sonrió. No podía culpar a su hermana por estar emocionada, después de todo era el primer día de clases.
El verano prácticamente había pasado volando. Severus las había visitado cada vez con más frecuencia, enseñándoles a las niñas todo lo que podía sobre magia. No había podido "tomar prestados" esos libros de su madre, pero eso estaba bien. Aún tenían tiempo.
La chica se dirigió a su habitación y recogió su bolso y su chaqueta. Ya había hecho la maleta la noche anterior, preparada para lo que le deparara el día. Petunia miró la hora una vez más y bajó las escaleras. Ya había desayunado y preparado su almuerzo, incluso había preparado el de Lily y el de Severus, para gran diversión de sus madres.
A finales del verano, la familia Evans había convencido al niño de que los acompañara a cenar casi tres veces por semana, aunque para lograrlo habían tenido que poner en práctica las habilidades de los cuatro. Incluso habían logrado darle algunos conjuntos nuevos durante el verano.
Bueno, "nuevo" era un término relativo. Había sido la ropa de la infancia de su padre, pero todavía estaba en buenas condiciones. En mejores condiciones que sus otras cosas, y le quedaba bastante bien.
Ocurrió mientras estaban pintando la habitación de Petunia. Lily había obligado al niño a ayudar, pero él no se quejó. Una cosa llevó a la otra y se desató una batalla. La morena no estaba segura de quién había empezado la guerra de pintura primero, pero de alguna manera los tres niños habían quedado cubiertos de pies a cabeza con salpicaduras de pintura. No había habido un ganador, pero Lily se había estado quejando de encontrar pintura en su cabello durante semanas.
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Caza de brujas: Reencarnada en Petunia Evans
FanfictionPetunia cae y recupera el sentido común. Ahora, armada con los recuerdos de su última vida, afronta esta con nuevo entusiasmo. Solo hay un problema: ha leído tantos fanfictions que no puede recordar qué es canon y qué no. Claro que sabe lo básico, p...