CAPÍTULO 4. Un nuevo trauma

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< ¿Eres tú Kazuya...? >

Dijo la chica, sorprendiendo al calvo, que se detuvo en seco, para volver a ver a la chica, quién estaba completamente sorprendida también.

< Perdon, me equivoqué de persona, tienes la misma voz, pero no eres él >

Mami sonrió forzadamente, para luego irse del lugar a paso rápido.

Kazuya se quedó mirando en su dirección por varios segundos, extrañado.

< ¿Tan... diferente me veo? >

Se cuestionó, mientras se rascaba la calva, para luego descubrir su brazo temblando, hecho que acaparó toda la atención del calvo, olvidando el hecho de haberse encontrado con dicha chica, y todo lo que ello supone.

Conforme Kazuya fue llegando a su apartamento, el temblor de la parte superior de su cuerpo fue haciendo poco a poco, más incómodo el realizar ciertos movimientos.

Abrió la puerta, se dispuso a cambiarse de ropa.

Al quitarse la camisa, enseguida, y simplemente porque si, decidió lanzar su ropa sudada en la parte más alta de aquel basurero que llamaba descaradamente "hogar", apuntando a una mancha en la pared al lado de una repisa, fallando, para luego intentar atinarle con cada prenda que se sacaba.

Al ver con frustración que no le había atinado a nada, ya desnudo, no se detuvo de lanzar cosas aleatorias a su alrededor hasta atinarle.

Desvestirse no fue ninguna prueba, lo complicado fue, como no, luego de bañarse, el vestirse nuevamente.

Un fuerte temblor en cada parte del tren superior llevaba molestándolo gradualmente desde hace ya varios minutos, pero no es sino hasta ahora, que el cuerpo finalmente reposaba, que empezaba a dolerle.

El dolor empezó a darse a notar en los todavía flácidos brazos.

Reteniendo sus quejas, estando ya acostumbrado a este dolor, Kazuya insiste en mover esos brazos, empezó por agarrar un boxer...

< No, este está sudado, ya lo usé 9 veces sin lavar... no, este tampoco, este lo usé 5 veces, ¿Y este? No, este está enlodado... y... no, no pienso usar este >

El último que tenía, en realidad era una tanga.

Dato curioso. El que había usado cinco veces, aparte de oler fatal, estaba bastante agujereado.

No encontraba ninguno limpio, y empezó a considerar no usar boxer.

Pero recordaba que aún tenía uno que había usado tan solo 3 veces.

< En donde la habré dejado >

Completamente desnudo, con los brazos cruzados, sentado en una cama repleta de libros desordenados y sacos de comida para pez, buscaba la única ropa limpia que tenía en esos instantes...

(Si supiera que la lanzó encima de la repisa hace rato, que pendejo)

Pensaba el pez, cuya pecera se encontraba encima del comedor al lado de una serie de latas de atún

Kazuya siguió buscando con la mirada, hasta que se resignó, y decidió buscar un pantalón cómodo para dormir, justo entonces lo vio.

Encima de la repisa, no solo estaba el bóxer, sino su única ropa limpia.

Se maldijo a sí mismo entonces, pues al buscar un banco que le permitiese subirse a agarrar la ropa limpia, un fuerte dolor le dio en los brazos al estirarlos.

Ese dolor fue tan intenso que:

< ¡KYAAAA! >

Le salió grito de niña.

No pudo extender los brazos, por más que quiso.

Cada que intentó extenderlos, ese dolor le asechaba.

Pero ese era solo el comienzo, ahora el dolor se hacía más intenso, incluso sin extenderlos.

Tuvo que maniobrar de muchas formas los brazos, hasta encontrar una postura en la que no le doliese.

(JAJAJA, parece un Tiranosaurio Rex)

Pensaba el pez.

< Bueno... supongo que tendré que dormir desnudo hoy >

Se quejó con resignación, pues no pensaba vestir aquella ropa, no mugrosa, lo siguiente.

Entonces, con mucha dificultad, procedió a servirse, para lo cual inevitablemente tenía que estirar el brazo, pero lo hacía de forma controlado y sin extenderlo en su totalidad, soportando el dolor que se hacía cada vez más doloroso.

(Así jamás podrá volver a hacerse la paja)

Pensó el pez, recordando viejos traumas.

Bastante cerca del mismo, en el comedor, Kazuya coloca un pescado cocinado que tenía en la nevera, el cual acababa de recalentar.

< Este dolor del brazo... me va a generar un nuevo trauma, es insoportable >

(Que descaro que tu hables de traumas, mientras comes pescado, frente a mí, y teniendo esas latas de atún al lado mío)

El pez estaba bastante ofendido.

(Y vaya forma más perezosa y forzada de justificar el título señor autor, seguro querías que los lectores pensaran que el título se refería a algo importante con Mami-chan, no esto, a parte, me esperaba un capítulo más largo, esto no llega ni a las 1.000 palabras, valla desastre)

...

...

...




Ya cállate pez.



Kazuya continuó comiendo, tardó, debido a su dolor, más de lo normal en terminar su comida.

Y entonces...

Agarró un poco de valentía.

< No pain... No gain >

Dijo para motivarse...

< No voy a dormir desnudo... >

Exclamó, decidido...

Es que justo acababa de comenzar a hacer bastante frío, y Kazuya se estaba congelando.

Extendió sus brazos a todo lo que da, aguantando el dolor, ese que le comenzó a latir en las articulaciones del brazo, haciéndose insufrible.

El dolor...

Lo mataba.

Quería gritar.

Se sentía como si lo estuviesen torturando.

Pero no gritó...

No lloró...

Se aguantó...

"It's the, eyes of the Tiger, It's the thrill of the Figth..."

Y empezó a cantar para concentrarse, repitiendo la música más común en su gimnasio.

"Risin' Up... to the Chalenge of our Rival"

Pudo agarrar el banco, se subió y comenzó lo más duro.

"And the laaaast..."

Comenzó a cantar en un tono cada vez más agudo, debido al frío que sentía, el cual le hacía abrazarse a sí mismo una vez sobre el banco.

"known survivor stalks his prey in the night"

Extendió su brazo izquierdo, tratando de agarrar las prendas limpias sobre la repisa, momento en el cual soltó un fuerte chillido.

Ese día, jamás será olvidado por Kazuya.


...

Kanojo; Okarishimasu - Consiguiendo dignidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora