Capítulo IV: Atracción

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Los días siguientes fueron sumamente interesantes para Charlie. Willow, más que haberse rendido, seguía yendo al circo.

Debía admitirlo: admiraba su determinación (o necedad) para seguir yendo y, por otra parte, agradecía que así fuera. Sus visitas se habían convertido en algo interesante fuera de su trabajo en el circo. De todas formas, seguía preguntándose qué la motivaba a continuar.

Esa chica era un misterio que se moría por resolver.

Willow, por su parte, seguía negando que realmente hubiera encontrado "eso" que hacía especial a Charlotte. No importaba que, en el fondo, sí que se hubiera sentido cautivada por su acto y tuviera ya la respuesta, seguía yendo a espiarla tratando de mantener su distancia. Así de terca (y, además de ciega, ingenua) era la azabache.

Por algo es que a veces colmaba la paciencia de Angelo.

Intentó averiguarlo desde lejos, pero el dilema estaba ahí: tenía miedo de acercarse, encontrársela. No quería pasar por lo mismo que ayer, pero, no podía dejar las cosas así. En serio tenía que hacer algo, no podía dejar que le quitara a Mortis.

Y tal era su obsesión con él que corrió el riesgo. No importaba si Charlotte se ponía rara con ella, tenía que intentar encontrarle su debilidad, su secreto, o lo que sea...

De tal forma que no tardó en acercarse de nuevo a la carpa. En el fondo tenía miedo, sí, temblaba ligeramente.

"¿Por qué me pone tan nerviosa?" se preguntaba mientras daba pasos temerosos. Willow nunca se había sentido intimidada por nadie y, sin embargo...

-Bu -sonó de repente detrás de ella, haciéndola saltar y erizarse cual gato.

Charlotte no pudo aguantar la risa. Se había escabullido saliendo por otro lado de la carpa para tomarla por sorpresa. Sintió cierta fascinación y ternura viendo como las aletas que tenía al lado del rostro se le irguieron un poco.

-Lo siento, ma belle, quería darte un pequeño susto -manifestó con diversión-. Y bien, ¿a qué se debe que me visites de nuevo? -preguntó cruzándose de brazos- ¿Me extrañabas y no pudiste resistirte a venir otra vez?

Willow tenía las mejillas ruborizadas de la verguenza. Recuperando la compostura, frunció el ceño y se apresuró a hablar.

-No te confundas. Lo que más detesto es estar cerca de ti -aclaró de forma severa. Charlie solo alzó una ceja.

-¿Entonces..? -interrogó ladeando un poco la cabeza.

-No es asunto tuyo -replicó firmemente.

-Oh, y vamos con eso de nuevo -dijo de forma divertida. Claramente no le debía explicaciones y lo sabía, pero el que solo respondiera eso hacía notar que ocultaba algo-. Vamos, mon cœur, me muero de ganas de saber el motivo de tus paseos por aquí. Sobre todo... -hizo una pausa, lanzándole esa mirada ardiente tan característica de ella- De tu fijación por mí. ¿Qué te impulsa a venir de nuevo? -interrogó, pensando en acortar la distancia, pero realmente quería saber. Acercarse podría presionarla, así que no lo hizo.

El "atrevimiento" y tono en las palabras de Charlie hicieron a Willow irritarse más. Estaba claro que no planeaba decirle por qué estaba ahí.

-Primero: yo no tengo ninguna fijación contigo, esas son ilusiones tuyas -aclaró levantando el dedo índice para establecer su punto-. Y segundo -dicho esto, levantó el siguiente dedo-, ya te dije que no te incumbe.

La rubia, al ver que la azabache simplemente no iba a hablar, soltó una risa suave y luego se le acercó. Antes de que pudiera retroceder, Charlie la tomó de la muñeca, levantándola de un movimiento y atrayéndola hacia ella.

Bad Romance (Charlie×Willow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora