Capítulo VIII: Al lado de la laguna

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La gente prefería frecuentar los juegos y las atracciones, así que la laguna estaba con poca gente la mayor parte del tiempo y, ya que a esas horas el parque tampoco estaba muy concurrido, no se veía ni un alma cerca.

     Bueno, solo una, y era inconfundible para Charlie con ese vestido de arapos negro y mascada tinta.

     Willow, por su parte, estaba inclinada un poco hacia adelante, sumida en cavilaciones mientras veía su reflejo en la laguna. Tenía una expresión seria, irritada, si acaso levemente melancólica.

     Entonces, inesperadamente, al lado de su reflejo había aparecido otro. La silueta de la rubia, por un instante, no la hizo sentir inquieta, quizás porque pensaría que era alguna ilusión suya producto de las fatigas (ni ella lo tenía muy claro).

     Fue hasta que escuchó su voz, fuerte y clara al lado suyo, que se dio cuenta que no era un espejismo.

     —¿Qué haces aquí tan sola, ma belle?

     Fue entonces cuando se sobresaltó, dando un brinco hacia el lado para alejarse.

     —¡Dios! ¿¡Qué demonios haces tú aquí!? —le reclamó con aparente molestia, pero sus mejillas estaban ruborizadas por haberse sentido vulnerable un momento.

     Charlie, tan juguetona como era, no pudo evitar reírse de esa reacción. Además, le alegraba haberla sacado un momento de ese estado tan amargado en el que estaba.

     “Siempre se ve adorable cuando reacciona así”.

     —Lo siento mucho, ma chérie. Es solo que no sabía exactamente cómo acercarme —confesó, pues realmente en esta ocasión no se había acercado sin decir nada con la intención de asustarla.

     Willow entonces abrazó sus piernas, tomando una postura más cerrada. Tenía el ceño fruncido y, en efecto, parecía disgustada con la presencia de Charlie.

     —¿Qué quieres? No estoy de humor para tus juegos. Si solo vienes por eso entonces ya vete —le respondió con molestia.

     —Oh no, no vengo por eso —aseguró la rubia. Hubo unos segundos de silencio antes de que esta continuara—. Solo quería verte.

     La azabache se sintió realmente confundida por estas palabras, que atrajeron lo suficientemente su atención como para verla de reojo.

     —¿Por qué? —interrogó, insatisfecha con tal aclaración.

     De nuevo, la rubia se tomó unos segundos antes de responder.

     —Bueno, noté que no habías ido a verme en varios días, así que estaba intrigada. Alguien me dijo que te sentías mal, así que vine a verte.

     Willow gruñó con molestia. No esperaba que Angelo la traicionara de esa manera.

     “Voy a matarlo” pensó apretando la mandíbula por la impotencia de no tenerlo al lado para estrangularlo en ese momento.

     Aunque, por otra parte, no ignoró sus palabras, y se sintió desconcertada. ¿Qué le estaba queriendo decir?

     —No lo entiendo. ¿Y eso a qué viene? ¿Te quieres burlar de mí? —interrogó a la defensiva, lista para levantarse e irse.

     —En lo absoluto, mon cœur —respondió rápidamente con voz afable. Habló después de un suspiro, que indicaba que le hablaría con sinceridad—. Sé que hemos tenido nuestras diferencias y nuestras pequeñas rivalidades, pero eso no significa que no me importes. En realidad... Es todo lo contrario. Me intriga saber qué hay en tu corazón, siempre te lo he dicho.

Bad Romance (Charlie×Willow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora