Capítulo XII: Algo más

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A veces Willow se preguntaba si “perdonar” a Charlotte había sido lo más sensato. Desde aquella charla, la rubia no dejaba de frecuentarla. No es que le molestara, exactamente, solo le resultaba... Extraño. Todavía no se acostumbraba a ella.

     Usualmente iba a conversar un rato, tanto con ella como con Angelo, de quien ya era también muy amiga, aunque, éste último notaba la atención particular de la rubia hacia Willow. Charlie era muy coqueta con ella, y esta se mostraba avergonzada. Si de por sí que hiciera ese tipo de cosas a solas era raro, le resultaba peor frente a Angelo.

     A lo mucho habían pasado un par de semanas. Un día, después de que Charlie se fuera, Willow suspiró profundamente, como si volviera a respirar de nuevo.

     —No la entiendo —sentenció mientras volvía a sentarse.

     —¿En qué sentido? —preguntó Angelo mientras la miraba de reojo con curiosidad.

     —Por qué viene. Honestamente creí que mi personalidad la ahuyentaría. No es que sea muy comunicativa con ella, así que sigo sin entender por qué continúa viniendo —explicó cruzándose de piernas y recargándose un poco en la silla. Angelo se acercó y se sentó en la mesa.

     —Sus razones debe tener —expresó ambiguamente—. En todo caso, ¿te molesta que venga?

     —No, no es que me moleste —respondió con una seguridad notoria—. Es solo que... Ella es, bueno... —balbuceó, sin poder encontrar las palabras. Su mente se vio invadida por la imagen de la rubia, sonriéndole, cuando le tocaba la mano... Sin poder evitarlo, el rubor se apoderó de ella. No podía explicarse ni a ella misma cómo se sentía— Yo... No sé cómo decirlo.

     Angelo enarcó una ceja con una leve sonrisa. Esa pequeña reacción de su amiga le decía más que mil palabras.

     —Me doy una idea —dijo el peli-verde mientras se recostaba en la mesa, sacaba una flecha de su aljaba y se ponía a jugar con la punta—. De todas formas, Charlie es maravillosa. ¡Si no existiera yo, ella sería el carisma en persona! ¿Quién diría que terminarías trayendo personas tan interesantes al pantano, eh, picarona? —mencionaba mientras le agitaba las plumas de la flecha por la cara para molestarla.

     Esta pequeña broma hizo a Willow reír, sintiendo cosquillas en la cara por las plumas de la flecha, que luego apartó.

     Cómo le gustaba a Angelo joder, pero, esa parte divertida y molesta de él era también lo que reforzada su amistad.

     —Hablando en serio, estar solo los dos aquí es fenomenal, pero incluir a una tercera persona da nuevos aires. Creo que es agradable.

     La azabache pensó con detenimiento, y sin pensarlo mucho, dejó escapar en un suspiro:

      —Sí... Creo que lo es.

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     Willow no terminaba de acostumbrarse a la rubia. Había algo que se lo impedía, y le frustraba no saber qué.

     Estando conversando con Angelo, este le preguntó a Charlie bromeando cómo es que había llegado a aguantar tanto tiempo a Willow y hasta ser su amiga.

     La gondolera se mostró incómoda. Todavía no estaba segura si “amiga” era una palabra adecuada...

     —Bien, mon chère... —comenzó con tono alegre— Lo cierto es que quien tuvo un papel más activo fue mi querida Willow. Ella es la que iba a buscarme y, eventualmente, se hizo de mis simpatías, por más tosca que ella sea. Me parece algo adorable —admitió mientras la miraba con dulzura. Willow apartó la mirada ligeramente ruborizada.

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⏰ Última actualización: 20 hours ago ⏰

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Bad Romance (Charlie×Willow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora