Capítulo V: Flores amarillas

284 25 17
                                    

Angelo acababa de regresar de darse una vuelta. A diferencia de Willow, Angelo sí que necesitaba salir por un poco de aire fresco de vez en cuando (le importaban un comino las miradas que pudieran dirigirle) y, también, a visitar a su buen amigo R-T para enterarse de algún buen chisme.

Encontró a su amiga en la mesa de la sala de aquella cabaña que servía como lugar de descanso para ambos. Se acercó suavemente, notando que hacía una carta. No era difícil adivinar para quién era debido a la decoración cursi de corazones y todo eso.

El mosquito solo hizo una mueca triste y no dijo nada al respecto. Le seguía doliendo que Willow todavía le continuara haciendo cartas a Mortis. Carraspeó ligeramente y, al escucharlo, la azabache trató de ocultar lo que estaba haciendo.

-¡Angelo..! Sí que eres... Silencioso a veces -pronunció entrecortadamente por la ansiedad.

-Un poquito -respondió este con una sonrisa, queriendo darle la falsa ilusión de que no había visto lo que hacía, aunque, Willow no era tonta, y en el fondo sabía perfectamente que la vio mientras le hacía otra carta a Mortis.

Ambos decidieron actuar normal para evitar confrontaciones.

★ ┅┅━━━━━━━━━━━━━━━━━━━┅┅ ★

Charlie últimamente se encontraba extrañada. No había recibido visitas de Willow en los últimos días, así que estaba con la intriga.

Acababa de terminar su rutina de ensayos cuando, al bajar, se encontró con sus dos grandes amigos del circo, Sam y Lola.

Sam tenía el papel del típico payaso tétrico, aunque no por eso dejaba de dar espanto en sus shows. A pesar de que es auténticamente aterrador en el escenario y la pesadilla viviente de los coulrofóbicos, Samuel L. Bronson es el sujeto más bonachón y agradable que pueda llegar a conocerse. Por otra parte, Dolores Grisales, apodada "Lola", era bailarina y encantadora de serpientes.

Aunque a veces todos eran conflictivos entre sí, al final del día eran colegas, así que se llevaban más bien que mal. Charlie era la más pacífica, así que también era a la que más estima se le tenía.

-Bonjour, mes amis! ¿Qué tal va todo? -saludó al aparecer de súbito, haciendo que ambos dirigieran su atención a ella.

-Ah, hola Charlie -respondió Sam-. Todo bien, todo bien.

-¡Todo bien, querida! Le estaba contando a Sam lo que se rumorea desde esta mañana sobre Willow, ya sabes, la del pantano del amor -mencionó Lola, haciendo que de inmediato la acróbata sintiera una ferviente curiosidad.

-¿Willow? ¿Qué hay con ella? -interrogó sin poder ocultar lo bastante que le interesaba el asunto.

-La volvieron a rechazar -se limitó la otra a decir.

Charlie se quedó impresionada un par de segundos. No entendía bien a qué se refería.

-¿Cómo es eso? -inquirió. Sam y Lola se miraron mutuamente y luego otra vez a ella.

-¿Tú no conoces toda esa historia? -le preguntó Lola con extrañeza.

-Me temo que no -dijo, y entonces Lola miró de nuevo a Sam.

-Querida, toma asiento que esto va a durar un rato -sugirió y los tres se sentaron en las gradas vacías más cercanas (puesto que usaban el propio escenario para practicar cuando no había shows).

-Bueno, todos en Starr Park saben que desde hace mucho ella tiene un crush con Mortis, el que administra el mortuario. Es algo así como un secreto a voces, en realidad.

Bad Romance (Charlie×Willow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora