Ep 11. Encanto vampírico

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El primer día de clases de la princesa vampira transcurrió algo tranquilo, aunque ella destacó bastante: Gracias a su aprendizaje rápido pudo ser capaz de entender las materias hasta de responder las preguntas del profesor acertando a todas, se sentía como en sus tutorías, pero no con la presión que le daban sus tutores por convertirse en Reina Vampira, cosa que por primera vez sintió agradable aprender. Sabía dibujar muy bien, algo que en su Amarant tenía que saber puesto a que como los vampiros no se reflejaban, los retratos eran necesarios.


En gimnasia, aunque regulaba un poco su fuerza, velocidad y agilidad de vampiresa, destacó notablemente al nivel de un candidato de olimpiadas. Se ganó la admiración de sus compañeros por ser inteligente y hábil en los deportes. A diferencia de los chicos vampiros que la <elogiaban> solo por ser la heredera de los Vasilescu, los elogios de sus compañeros humanos las sintió bien porque eran genuinas, no le tomó mucho a Selene convertirse en una modelo de estudiante destacada y encantadora como lo es Dekisugi.


Para Selene le fue más divertido ser una alumna de primaria que una niña que vivía a presión de pasar con una agenda apretada de preparación para que sea el modelo perfecto como lo era su padre, o al menos eso es lo que decía ella. Por lo que destacar en una escuela humana fue muy sencillo en comparación.


Aunque habían un par de cosas que no eran muy de su agrado: Tenía que disimular que le gustaba comer comida de humanos aunque le sabían agrio salvo a los alimentos rojos. Y cuando entregraron calificaciones de un examen previo a su aparición, vio como Nobita había conseguido otro 0 más a su colección, lo que hizo que cierto par se rieran bajo por ello, la cual a Selene no le gustó ni un poco eso.


Ver como el azabache era regañado fuerte por el profesor, levantó recuerdos de como ella estuvo años siendo preparada y que el error más mínimo, era motivo de regaño por parte del consejo vampírico quienes eran los encargados de prepararla.


Por supuesto que Dekisugi consiguió un 100, era el modelo de estudiante perfecto, lo que ganaba la admiración de las chicas y de Shizuka quien le felicitaba. Un día común, Nobita se hubiese puesto muy irritado y triste pero bastó con un "Vas a conseguirlo a la próxima, sé que dentro de ti crees que puedes hacerlo mejor y yo también lo creo" para que el chico sonriera y no se sintiese tan mal, aunque sabía que vendría una regañina de su madre pero eso le importó poco hoy.


La mirada que se daban ambos sentados era un escenario curioso para todos, los chicos estaban algo envidiosos porque ellos quedaron encantados con la lindura de Selene, y las chicas que congeniaron tan bien con ella, se preguntaban el como una niña linda y talentosa en la escuela con una preciosa mirada prefería prestarle atención a Nobita, el chico tonto y lento de la clase sobre el que era el chico perfecto en todo como Dekisugi.


Shizuka también notaba esa amistad que tenían ambos y aunque estaba feliz de que Nobita se llevaba bien con la nueva niña, por un lado de ella, no podía evitar mirar con atención el como Nobita hablaba con Selene como si fuesen amigos de hace años.


No es de menos que Selene prestara más atención a Nobita, después de todo, él evitó que los de Luna Escarlata aprovecharan que estaba débil para eliminarla, le dio un techo y la oportunidad de explorar un nuevo mundo. El chico sentía bien su compañía, podía ser capaz de hablar con ella con tranquilidad, incluso de encontrar en la vampiresa un soporte en clases, ya que su soporte fuera de la escuela es Doraemon.

Nobita, Doraemon y la Reina NocturnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora