Capítulo 9

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Pov. Riley

—Mis compañeros del hockey estaban muy emocionados por este día, jamás me imaginé que pasaría esto—. Dijo Alya mientras tomaba una cucharada de su helado.

—No se den por vencidos, tal vez cuando ella esté bien puedan terminar el juego—. Le dije mientras la miraba con una sonrisa.

Alya se veía cabizbaja al parecer esto era algo importante para ella, más bien para todos.

—Puede ser—. Contesto sin mirarme aún comiendo su helado.

Al estar aquí con ella me sentía un poco extraña, ni siquiera he comido de mi helado, me sentía incómoda.

—Riley, ¿Conoces a Valentina?—. Pregunto con algo de curiosidad.

—Creo que todos conocen a Valentina, no sería la primera—. Le contesté sin despegar la mirada de ella.

—Es correcto—. Alya soltó una ligera risa.—Pero, ¿Ustedes son amigas?—. Pregunto mientras reposaba su cabeza sobre su mano mirándome con atención.

—Creo que entre ella y yo jamás habrá una amistad—. Le contesté

—Cuando estudiaba en ese colegio, siempre las miraba discutiendo, nunca entendí el porque hasta que un día me atreví preguntarle a Val, pero simplemente me cambio el tema—. Ella me miraba con una sonrisa, pero había algo más en aquella sonrisa.—Después te veía a ti en los entrenamientos mirando a Valentina con mucha atención, ¿Te gusta Valentina?—. Pregunto con aquella sonrisa juguetona.

Sentía mis mejillas arder por aquella pregunta y mi corazón comenzó a latir con fuerza, sentía que me iba a desmayar, lo único que podía escuchar ahora era la risa de Alya.

—Tu secreto está a salvó conmigo—. Dijo mientras se limpiaba un par de lágrimas de sus ojos que salieron por la risa.

—P-Pero no me gusta Valentina—. Le dije en voz baja mientras bajaba la mirada avergonzada.

—Nunca faltabas a los entrenamientos y tu forma de mirarla era un poco extraña—. Mire una vez más a Alya y me miraba algo divertida.

Nunca me llamo la atención de Valentina, si tan siquiera supiera que era ella a quien miraba.

—N-No, estás confundiendo las cosas, solo me gusta verla jugar, sus movimientos y habilidades son sorprendentes—. Le dije más tranquila.

Alya no sé miraba tan convencida, pero tampoco le iba a decir la verdad.

—Claro, no creo que sea solo eso, la verdad harían una bonita pareja—. Dijo mientras volvía a comer de su helado sin despegar la mirada de mí.

Esto se estaba poniendo más incómodo, nunca me enamoraría de Valentina, es insoportable, creída y una...

—Espera un momento, atenderé una llamada—. Alyase levantó de su asiento y se alejo un poco del lugar para contestar la llamada.

Yo solo podía mirarla con atención, podía apreciar la brisa acariciar su cabello, aquellas expresiones y aquella sonrisa, Alya era una mujer atractiva y cualquiera se enamoraría, yo lo estuve, pero verla de nuevo no sentía lo mismo.

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