Pov. Valentina
El canto de los pájaros hizo que abriera poco a poco mis ojos, recorrí con mi mirada el lugar tratando de recordar que fue lo que pasó, acerque una de mis manos hacia mi frente para hacer pequeños masajes en ella, me dolía horrible la cabeza.
—Hola cariño, ¿Cómo estás?—. La voz de mi padre hizo que alejara mi mano para mirarlo, él se sentó al borde de mi cama mirándome algo preocupado.
—Bien, supongo—. Le dije en voz baja mientras le sonreía.
El acercó una de sus manos hasta mi frente y con su pulgar comenzó acariciarme.
—Estaba muy preocupado, todos estaban muy preocupados por tí y asustados, ayer Adrián no se separó de ti al igual que tus amigas—. Dijo mientras aún acariciaba mi frente.—¿Segura qué estás bien?.
—Lo estoy papá, gracias por preocuparte, pero tengo que ir al colegio antes de que se haga tarde—. Hice las mantas aun lado y con cuidado me levante de mi cama, pero al hacerlo me sentí un poco mareada, no quería que lo notara mi padre, así que actúe con naturalidad.
—¿Creés que sea buena idea?—. Mi padre se levantó sin despegar la mirada de mí.—Puedes faltar hoy al colegio.
—Estoy bien.
Camine hasta la puerta de mi habitación con dificultad, mis piernas temblaban a cada paso que daba, sentía que en cualquier momento iba a caer, pero pude evitarlo.
Al llegar a las escaleras acerque ambas manos al pasamanos recargando mi peso y comencé a bajar las escaleras lentamente, podía escuchar los pasos de mi padre detrás mío.
—Preparé el desayuno—. Hablo mi padre mientras me arrebasaba.—Hice algo que te gusta demasiado, son panqueques.
Ahora que recuerdo, no había comido nada desde ayer en el colegio, me sentía muy nerviosa por el juego y eso me había quitado el apetito.
—Genial—. Le contesté, podía escuchar como gruñía mi estómago.
Al llegar a la sala camine hasta la cocina y al llegar pude ver los panqueques acompañados con miel y chocolate, se veían deliciosos.
Me acerque a la mesa y tome asiento para comenzar a comer, al probarlo sentía una sensación extraña en mi boca y mi estómago comenzaba a gruñir más fuerte, es como si me quisiera devorar.
(Lo sé, muy exagerado).
—Val, tenemos que hablar de varias cosas—. Hablo mi padre mientras se sentaba enfrente mío dejando dos tazas con café sobre la mesa.
—¿Qué cosas?—. Le pregunté mirándolo con algo de curiosidad.
—Hay muchos vídeos sobre lo sucedido en el juego y bastantes comentarios no muy agradables, ¿Creés poder lidiar con eso?—. Pregunto tomando su taza para beber un poco de su café.
—Papá, nunca me han importado los comentarios de las personas, sé lidiar con eso, agradezco mucho que te preocupes—. Le dije mostrando una sonrisa.
—Sabes que sí pasa algo más puedes decirme sin problema, cuentas conmigo para lo que sea—. Mi padre tomo mi mano que estaba sobre la mesa mostrando una sonrisa.
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Rivales
Teen FictionRiley comienza el colegio siendo la burla de las chicas populares, chicas que la llevan molestando desde hace tiempo, incluyendo a una que odiaba con todas sus fuerzas, Valentina Ortiz.