Oniria encuentra a Insomnia.

Oniria e Insomnia

(Love of Lesbian)

En diciembre del año 2021, durante su segundo año de carrera, Martin conoció a Juanjo. Éste, un curso por delante y un año mayor que él, parecía que competía contra las diferentes materias y contra todos aquellos créditos necesarios para pasar de curso por ser el centro de atención de cualquier persona que recorriera los pasillos de la facultad de psicología o se sentase en alguna de sus aulas. Cualquier miembro del alumnado o del profesorado de aquella institución reconocería el nombre de Juanjo Bona sin necesidad de haber cruzado palabra alguna con aquel chico de pelo moreno y ojos risueños; de hecho, Martin siempre pensó que su nombre sonaba al de un catedrático. Al de alguien famoso.

Sin embargo, Martin era un chico distraído. Sabía cuando sus pies debían estar postrados sobre la tierra, presente, responsable; pero también era consciente de todas aquellas cosas que no merecían ni su atención, ni su tiempo. Le gustaba regodearse en el olor otoñal del café, en la velocidad con la que las nubes se movían los días en los que el viento corría furioso, en la pequeña mordida de la luna los días anteriores a estar completamente llena, y en como la punta de las hojas de las macetas de su balcón se tornaban marrones cuando rugían, en silencio, por agua. El mundo que le rodeaba iba rápido, era superficial. Martin lo sabía, pero él siempre había preferido la lentitud, porque así podía dedicarle tiempo a los detalles.

Por eso, y quizá por otras razones en las cuales no se había parado a profundizar, nunca prestó demasiada atención a todo lo que se comentaba por los pasillos sobre aquel chico con nombre de catedrático. Estaban los que hablaban de Juanjo desde la admiración, ya que su expediente académico podría valorarse como impecable. Otros, lo hacían desde el recelo, ya que sus claras dotes académicas, junto a sus aparentes dotes sociales, habían conseguido ponerlo en el punto de mira del profesorado y de los miembros del departamento de neuropsicología, habiendo participado en varios simposios, investigaciones y proyectos siendo sólo un estudiante de tercero. Los últimos, inevitablemente, teñían sus palabras en el tinte del deseo. Y esos habían sido los únicos tres datos que Martin había conseguido conservar sobre el chico; que era inteligente, que parecía tener un futuro brillante en la universidad, y que era atractivo. Mucho.

Sin embargo, en diciembre del año 2021, Martin conoció a Juanjo. Era un jueves en el que el cielo estaba despejado y el sol rugía con toda la fuerza que el invierno le permitía. El chico de ojos castaños y cabello despeinado se encontraba desperezándose perezosamente en una de aquellas mesas de construcción que adornaban el patio de la facultad de psicología; si Violeta tardaba un minuto más en aparecer, el chico juraría que no le quedaría más remedio que rendirse ante las insistencias de Morfeo. Cuando el minuto pasó, volvió a posar la cabeza en sus brazos, cruzados estos sobre la mesa, cerrando los ojos y dejándose acariciar por los rayos del sol. No supo cuánto tiempo pasó desde entonces hasta que una mano, también cálida, decidió tomarle el relevo al sol en la tarea de acariciar el rostro de Martin. Cuando éste abrió los ojos, se encontró con una sonrisa ladina en el rostro de la pelirroja, y una mirada que escondía diversión y, quizá, ternura.

- Joder, ojalá yo con esa habilidad para dormirme en cualquier sitio -dijo con sorna, al mismo tiempo que cesaba con sus caricias y se sentaba junto a su amigo. Se habían conocido el primer día de curso, describiendo ambos aquello como si de un flechazo a primera vista se hubiese tratado. La primera semana y media de curso se habían dedicado a hacer dinámicas de presentación y de cohesión grupal en la mayoría de las asignaturas, por lo que ambos pudieron comprobar que tenían gustos y sensibilidades similares. A partir de ahí, nada había logrado despegarlos, habiendo conseguido durante ese último año fusionar sus mundos y sus círculos sociales.