Prólogo:

2K 110 116
                                    

—Señor Lee Félix, adelante, recoja sus cosas, y alistese.– Dijo el guardia del pasillo desde afuera de mi celda.

Asentí y me levanté de la cama, tomé mis libros y el poco dinero que había escondido, finalmente saldré de este infierno, después de tres años, seré libre y más nunca volveré a pisar está prisión.

—Hasta luego princesita.– Escucho la voz burlona de mi compañero de celda, y las risas de otros reclusos.

Decido ignorarlo, después de lo que sucedió anoche, solo quería huir de esos malditos que me violaron, dure tres años ocultando mi sexualidad para que un día antes de ser liberado, esos imbéciles abusaran de mi como si fuese un juguete.

Escucho el pitido que indica que la celda ha sido abierta, y salgo, siguiendo al oficial, uno que para ser sincero, me agradaba mucho, era lo más cercano a un amigo dentro de prisión.

—Asi que aquí termina todo Lix.– Me dijo mientras buscaba mis cosas en una casilla.– Espero no verte de nuevo por aquí, te dejaré mi número, tal vez siga siendo un buen consejero para ti.

—Por supuesto Namjoon, además debes contarme si Jin finalmente acepta tu propuesta de matrimonio.– Le dije, mientras me empezaba a cambiar con mi antigua ropa, esa que use cuando ingresé al reclusorio.

—Por supuesto, incluso, si todo sale bien, estarás invitado a la boda.

—Gracias, han sido mi única familia en los últimos tres años.

No mentía en decir eso, sabía que Jisung tenía un trabajo en el que las salidas eran limitadas, mi madre se entregó al alcohol cuando mi padre se fue, y pues, este último, simplemente un día se fue de casa y no volvió más, meses después, me metieron a la cárcel por un crimen que no cometí.

—Y tú eres mi pequeño bebé, ahora ve, este no es lugar para ti, anoche no estuve de guardia y no pude evitar lo que sucedió, pero me encargaré de saber que no debieron tocarte.

—¿De que hablas?– Susurré, había rumores de algunos policías que tomaban alguna represalia contra algún recluso, pero no creía a Nam capaz de hacer eso.

—Felix, sabes que los rumores son ciertos, y será más fácil hacerlo pasar por un accidente entre reos, cuando tú no estés aquí.

—¿Los matarás?– Pregunté en un susurro, y el solo asintió en silencio, parecía seguro, así que era mejor que no me entrometiera.

—De acuerdo, no diré nada.– Le regalé una sonrisa y dio una palmada en mi hombro.

—Ahora ve, toma.– Saco un poco de dinero su cartera y me lo dió, aunque yo me negué el insistió.– No sabes si ese amigo tuyo pueda ayudarte, y se que tus ahorros no son muchos, tal vez puedas estar en un hotel hasta que encuentres un trabajo.

—Gracias, lo administrare bien.– Le dije, guardando el dinero en mis pertenencias.

—De acuerdo, si necesitas más, no dudes en llamarme.– Asentí y en silencio seguimos caminando hasta la salida.

Mi pecho se oprimió cuando vi la reja de la prisión abrirse, no había nadie del otro lado, o eso creí, me di media vuelta y le di un último saludo a Nam, quién tenía una sonrisa en su boca.

Finalmente afuera de toda esa estructura, pude respirar tranquilo, mis pulmones respirando aire puro y tranquilo, el sol dando en mi cara, y aunque era molesto, agradecía mucho eso, después de tanto era la primera vez que podía apreciar el cielo sin un horario o esposas en mis manos.

—¡Hey!– Escuché esa voz, y gire mi cabeza a un lado, viendo al chico de mejillas regordetas y cabello castaño, sentado en la acera.

—Jisung.– Dije con la voz quebrada, dándole un abrazo, lo único que se escuchaban eran los sollozos de ambos.

Yes daddy. || Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora