capitulo 20

32 5 2
                                    

Capítulo 20

Perspectiva de Kikyo

Me estaba viendo en el espejo, comprobando cómo me quedaba mi vestido de gala verde, el cual tenía un escote mediano y un corte en la pierna derecha. Llevaba algo de maquillaje también. Tomé mi cepillo y me peiné.

Estaba en eso cuando mi teléfono sonó. Lo tomé y vi que era Naraku. Contesté.

- Hola, Naraku.

- Hola, bonita, ¿Cómo estás?

- Bien, ¿y tú?

- Bien, gracias. Pues te llamaba para desearte suerte con la reunión que vas a tener hoy en la noche con tu jefa.

- Gracias, qué gentil eres. Si todo sale bien, tendremos marca de temporada en Italia.

- Sé que te va a ir bien, Kikyo, eres el amuleto de la suerte de la señora Midoriko.

Sonreí por sus palabras.

- Naraku, no es para tanto.

- Claro que sí. Eres muy buena en lo que haces, y la señora Midoriko lo sabe, por eso jamás te deja a un lado. Sabe que sin ti su tienda no sería la misma.

- Naraku, eres muy amable.

- Solo digo la verdad, bonita.

Volví a sonreír por sus halagos, pero justo en ese momento golpearon mi puerta.

- Naraku, te tengo que dejar, mi jefa me está llamando.

- Claro, mucha suerte, Kikyo.

- Muchas gracias. Nos vemos en Tokio.

- Nos vemos, linda. Adiós.

- Adiós.

Colgué la llamada, pero aún seguía sonriendo. Naraku era un hombre muy lindo y amable conmigo, y Kag tenía razón, estaba muy guapo. Me sonrojé por lo último que pensé.

Pero en la puerta volvieron a tocar, y escuché a mi jefa.

- Kikyo, se te hace tarde...

Puse los ojos en blanco.

Pinche bruja.

- ¡Ya voy! - le grité, para tomar mi cartera de mano y caminar hacia la puerta. La abrí y le sonreí. - Estoy lista, vamos.

- Ya era hora, vamos.

Y nos fuimos. Pero algo andaba mal conmigo. Tenía un apretón en el pecho y no sabía por qué.

Perspectiva de Sango

- Adiós, Celeste.

- Adiós, doctora Taijiya.

Caminé hacia mi auto y me fui a mi departamento. Justo en ese momento me llamó Kagome. Tomé mi teléfono y contesté poniéndolo en altavoz.

- Hola, Kag.

- Hola, Sango. ¿Vienes en camino ya?

- Claro, en unos minutos estoy ahí, ¿sí?

- Vale, aquí te espero.

- Ok, adiós. - colgué para seguir manejando.

Cuando llegué, saludé al conserje y subí a mi piso. Al estar en el, me encontré a Kag recostada en mi puerta.

- ¿Me esperaste mucho, Kag? - le pregunté mientras la saludaba.

- No, hace poco. - me respondió, saludándome con la mirada perdida.

- ¿Pasa algo?

- Sí.

- Bien, entremos. - abrí mi puerta y entramos. Caminamos al living y nos sentamos. - Bien, cuéntame, ¿Qué pasó con Taisho? - ella me quedó viendo, y me asusté cuando noté que sus ojos se llenaron de lágrimas. - Por Kami, Kag, ¿Qué tienes?

No por El Donde viven las historias. Descúbrelo ahora