capitulo 22

26 5 2
                                    

Capítulo 22: La destrucción

Perspectiva de Kagome

- Ki... Kikyo. - susurré.

- Kag, amiga, te extrañé un montón. ¿Por qué no me respondiste las llamadas? Estaba preocupada por ti —me reprochó antes de abrazarme.

- Kikyo, tú no llegabas...

- Mañana... - me interrumpió. - Lo sé, pero terminamos antes, y lo primero que hice al llegar a Tokio fue venir aquí contigo. - me sonrió.

- Kikyo...

- Kag... - me interrumpió de nuevo, mirándome con seriedad. - Tenemos que hablar de algo muy importante.

- ¿De qué, Kikyo? - mi corazón ya estaba latiendo muy fuerte.

- De Inuyasha Taisho. - me respondió.

Y yo me congelé ahí mismo.

- Kikyo, yo...

- Mejor entremos, ¿sí?

- Cla... claro. - cerré la puerta y caminamos al living. - Siéntate, por favor. ¿Quieres algo de beber?

- No, Kag, lo que necesito es que me escuches.

Me senté a su lado para escucharla.

- Te escucho...

- Kag, olvidemos todo.

- ¿Qué? - pronuncié.

- Así es como escuchas... Sabes... ahora que estuve en Osaka, pensé en las cosas. Inuyasha me hizo mucho daño, lo más seguro es que a muchas mujeres más también. Él sabe cómo enamorarlas, y anoche tuve un mal presentimiento... Pensé en ti todo el día y en lo duro que tiene que ser esto para ti. Amiga, tú solo quieres cuidarme y protegerme de cualquiera que me haga daño, y por eso pensaste en esta venganza, Kag, pero no puedo ser así de injusta contigo. Seguro ya ni soportas al mentiroso de Inuyasha cerca de ti, y no puedo dejar que pases más por eso. No te voy a mentir, aún me duele lo que me hizo, pero más me dolerá perderte a ti por su culpa. Temo que caigas en sus redes, Kag. Perderte a ti sería algo que no soportaría jamás.

- Kikyo, yo...

- Kag... - dijo, tomando mis manos. - Amiga, olvidemos a Inuyasha, te libero de tu venganza. Digámosle adiós para siempre y sigamos adelante con nuestras vidas. Extraño pasar más tiempo contigo, amiga.

La quedé viendo, pero no me atrevía a decir nada en ese momento. Quería morirme si era necesario para no lastimar a ninguno de los dos.

- Kag, amiga, ¿por qué lloras? - me tocó la cara y efectivamente estaba llorando. - Kag, linda, ¿Qué tienes? ¿Por qué lloras?

- Kikyo, yo...

- ¿Qué pasa? ¿Inuyasha te hizo algo? - vi su cara de susto y me maldije mil veces. No podía dejar que Kikyo pensara mal de Inuyasha solo por mi cobardía. - Kagome, por favor, contéstame. ¿Pasó algo?

Tragué hondo para mirarla y soltar la verdad.

- Kikyo, yo... yo...

- ¿Tú qué, Kag? Dime.

- Kikyo, perdóname, por favor, perdóname. - exclamé mientras mi rostro se inundaba en lágrimas.

- ¿Por qué me dices eso, Kag? ¿Qué tengo que perdonarte? Por favor, respóndeme.

- Amiga, yo... Inuyasha... - vi su cara de confusión que pasó al miedo mientras me soltaba las manos y se alejaba de mí. - ¿Qué hiciste, Kagome?

Me levanté para estar frente a ella, y por una vez dentro de esta mentira que hice, hablé con la verdad.

No por El Donde viven las historias. Descúbrelo ahora