capitulo 18

33 4 2
                                    

Capítulo 18

La verdad de Inuyasha

Perspectiva de Inuyasha

Solté un suspiro por la confesión que iba a hacerle a Kagome y empecé a relatar:

- Hace seis años yo no era así, Kagome. Yo era un chico trabajador que no salía mucho. Tenía dos amigos incondicionales. - sonreí. - Al menos eso pensaba. Cuando estaba en la universidad, conocí a una chica que me llamó mucho la atención. Era hermosa, la mujer más hermosa que había visto. Ella estudiaba para ser modelo. Al hablar, tuvimos química enseguida. Salimos por unas semanas hasta que le pedí que fuera mi novia y ella me dijo que sí. Terminamos la universidad siendo novios. Un día la invité a cenar y le preparé una bella sorpresa. En la cena estaban toda mi familia y la de ella. Esa noche le pedí matrimonio y ella me dijo que sí. Nos íbamos a casar seis meses después.

Cuando llegó el día, fue el más feliz de mi vida. La iglesia estaba llena de invitados: mi familia, la de ella y mil personas más de la alta sociedad. Las revistas más famosas estaban ahí, así como la prensa y la televisión. Éramos la boda del año, no faltó nadie.

Pasaron los minutos y ella no llegaba. Me puse nervioso, pero al fin entró por la puerta de la iglesia y yo sonreí como el hombre más feliz del mundo.

Cuando ya estábamos ahí, el cura empezó con la ceremonia. Cuando el sacerdote preguntó si yo aceptaba, yo muy feliz dije que sí. Pero cuando le tocó el turno a ella, se quedó callada.

Yo le pregunté qué pasaba, pero el que me contestó fue otra persona, uno de mis dos mejores amigos.

Flashback...

- Cariño, ¿Qué pasa?

- Yo te diré qué pasa, Inuyasha.

- ¿Eh? - me giré. - Tú, Renkotsu, ¿por qué?

- ¿Por qué? Porque ella es mía y no se casará contigo, Inuyasha.

- ¿Qué? ¿Pero de qué estás hablando?

- Te diré de qué hablo. ¿Crees que ella es la mujer para ti? Jajaja, por favor, solo eres un niño de papá que no tiene ni su propia empresa. ¿Crees que ella es la mujer para un perdedor como tú? Yo tengo mi propia empresa y la cuido como una reina.

- ¡Mientes! - le grité.

- No miento. Siempre la cuidé como una reina, sobre todo cuando pasamos las noches juntos.

Se escuchaban los murmullos de la gente.

- Vamos, Inuyasha, que ella te lo diga.

La miré con la fe en mi corazón de que todo esto era mentira, una broma, un mal chiste. La miré para preguntarle:

- Yura, por favor, dime que es mentira, que Renkotsu está mintiendo. - mi voz ya estaba quebrada.

- Inuyasha, cariño, perdón, pero es cierto.

- ¿Qué? - dije incrédulo de lo que oía.

- Inuyasha, tú no me ibas a dar la vida que quiero. Te dije que quería ser modelo e irme a vivir a París, pero tú te empeñaste en querer quedarte aquí en Japón y que yo espere hasta que seas empresario. Y la verdad no quiero esperar. Renkotsu me da la vida que quiero, lo siento. Pero Renkotsu tiene razón, él es mi amante y me voy con él.

La vi caminar hacia Renkotsu para salir de la iglesia, pero Renkotsu tenía más cosas que decirme:

- Dime, Inuyasha, ¿Qué se siente ser el segundo, ser el perdedor esta vez? Yura es mucha mujer para ti, y yo te la gané. Ella se va conmigo. Inuyasha, eres un perdedor, ni siquiera puedes retener a la mujer que amas a tu lado.

No por El Donde viven las historias. Descúbrelo ahora