Trece

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Capítulo final

Secreto tras secreto

El enojo y la impotencia en el rostro de Kang Ha cuando vio a esa persona arrestada se sintieron como basura, como si todo lo que pensaba se fuese a la maldita basura. Durante toda su estancia en Jooshin, sospechó de muchas personas, especialmente de Ri An. Sin embargo, la persona que era la verdadera responsable siempre estuvo ahí, caminando por los pasillos como si nada, sin temor de ser descubierta, sin saber que su fin estaría cerca. La misma persona que incluso le ayudó en alguna ocasión, aquella mujer que en algún momento se hizo la promesa de ser una guía para los estudiantes, una maestra que ocultaba muchas cosas detrás de ese rostro hipócrita.

Hace días, cuando Kang Ha puso un pie en la policía, no imaginó que un montón de secretos estaban a punto de salir a la luz, ni siquiera que el nombre de un asambleísta saldría en la investigación. Aunque siempre supo que detrás de la muerte de su hermano había más que un accidente, nunca pensó que habría tanto. Cuando le dio los videos de acoso escolar y drogas a los policías para el caso de su hermano, los implicados acudieron a un primer llamado; pocos admitieron su culpa y la mayoría ni siquiera habló, más que para objetar su inocencia.

Como lo había prometido, Jae Yi fue una de las primeras implicadas en aceptar su participación en la vida hostil que llevó Kang In Han. Ri An habló poco, pues su madre lo llenó de abogados, quienes objetaron casi todo, aclarando incluso sobre las supuestas drogas y demás. Sin embargo, pese a todas esas investigaciones y a pesar de que Kim Ri An, Jae Yi, Hera, Woojin, Choi Yun Seok y el resto de los estudiantes no eran santos y todos tenían algo de qué avergonzarse, ninguno de ellos era el responsable de ponerle fin a la vida de Kang In Han.

Al principio, Kang incluso se resignó a no saber si la muerte de su hermano fue o no un accidente y se enfocó en encontrar finalmente algo de paz cuando los estudiantes de la prestigiosa Jooshin finalmente fueron expuestos. Aunque entre ellos estaba la pieza clave de todo: el chico con el que tuvo una rápida conversación en el baño de la escuela, alguien que logró salir bien parado de las cosas expuestas, la persona que no salía en ningún video del acoso que recibió In Han.

— Fue en tu cumpleaños, ¿verdad? —había preguntado Kang Ha aquel día, enfrentando a ese chico que lucía alegre de no ser empapado en la investigación policíaca, más que un asunto que aparentemente no tenía nada que ver con Kang Ha.

— Aunque lograste ocultarte, no creas que terminé —advirtió Kang Ha aquel día ante la sonrisa cínica de Woojin.

Mientras la verdad había sido expuesta y los rumores corrían por toda la escuela, Kim Ri An estaba lidiando con algo más. Finalmente dio con la persona que le amenazó con los videos, y aquello se sintió como una flecha directo al corazón. De todas las personas que imaginó, nunca esperó oír de la boca del presunto responsable que la verdadera persona detrás de aquello era nada más y nada menos que su propia madre. Lleno de decepción, ese mismo día acudió a donde su madre. Afortunada o desafortunadamente, la mujer estaba allí en la sala, como si anticipara la llegada de su hijo.

— Fuiste tú —la voz llena de enojo se escucha en el lugar, y la mujer se levanta dispuesta a escuchar sobre lo que su hijo quiere reclamar.

— ¿Por qué amenazas a tu propio hijo? —cuestiona Kim mostrando su celular.

— Porque estás haciendo estupideces, podrías embarazar a esa chica —responde con simpleza la matriarca.

— Además, ¿en qué estabas pensando al enredarte con un becado? Esas, Ri An, son cosas de las que me avergüenzo. No me importa lo demás, pero recuerda que eres el heredero de todo, no puedes ir por la vida siendo tan descuidado y estúpido —agrega la mujer enfrentando a su hijo.

La cima de la pirámideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora