¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
---Me pregunto qué tan hermoso fue ese ángel ¿su belleza de verdad habrá sido incomparable?
---No creo que su belleza se compare con la tuya.
Una silueta se incorporó en la cama de donde estaban, su pecho desnudo subía y bajaba por el acto de la respiración llenando de oxígeno todo su sistema, mientras el resto era cubierto por la fina sabana proporcionándole algo de calor, recargó su cabeza sobre el hombro también desnudo de la mujer que estaba a su lado. Inhalando el dulce olor de su perfume que se infiltraba por sus fosas nasales.
---¿Eso piensas?
--- No lo pienso, lo creo. Eres hermosa, Naeun.
♡
Evigheden no hacía mucho era conocido como un pequeño pueblo, hasta que la civilización logró expandirlo y lograr convertirlo en una pequeña ciudad, una más concurrida donde carros podían ir y venir gracias al nuevo pavimento que era implementado por todo el lugar.
Minho habitaba ahí, estudiando la universidad.
Sus padres eran de un nivel socioeconómico alto, era el típico chico guapo y popular de aquel lugar, un chico privilegiado con una hermosa novia igual de privilegiada que él ¿Qué más podía pedir? Odiado y admirado por muchos. Conocido por todos.
---Minho ¿tú qué opinas?
Su atención estaba dispersa, su mirada perdida en el paisaje tras la ventana, donde se podía apreciar el deteriorado pero encantador castillo a lo lejos gracias a la altitud de aquel edificio y del salón en donde sus clases de ese momento se estaban impartiendo.
---¿Minho?
Sacado de sus pensamientos su garganta hizo un sonido de confusión, dando a entender que no les había prestado atención y necesitaba que le repitieran la pregunta.
---Naeun, yo y los demás planeamos entrar al castillo ¿Qué dices, te animas a ir con nosotros?
De inmediato miró a Naeun y no era que necesitara su aprobación para todo, porque no era así. Pero siempre buscaba satisfacer sus necesidades para hacerla feliz, la conocía, sabía que su mirada le rogaba ir con ella y eso era lo que justamente haría. Por esa mujer, su mujer.
---Iré.
Naeun sonrió emocionada, dando pequeños brinquitos y aplaudiendo de la emoción, luego se acercó a él y lo rodeo del cuello abrazándolo con gran éxtasis.
---Entonces, nos vemos hoy a la hora de salida. Tendré todo listo para nuestra expedición.
"¡Si!"
Exclamaron todos al unisón, emocionados por aquella gran aventura que se acercaría al terminar las clases.
Cuando hubo llegado el momento, todos se encontraron a la salida de su edificio para poder encaminarse al dichoso castillo.