—Buena elección, buena elección —les felicitó Rosward, dando una palmada en el hombro a los... afortunados—. Mi hija es un encanto. Espero que la tratéis tan bien como se merece.
—Os he preparado todo, venid conmigo —indicó Shalria, enganchando a cada uno de un brazo y obligándoles a seguirla.
—No os entretengáis. En cinco minutos todos en la entrada principal y cada uno a su puesto asignado —ordenó el jefe—. Aokiji ya está preparando todo para buscar al resto de vuestro grupo. No tardarán en llegar.
—Eh, papá. ¿Son nuevos? ¿Quién es esta chica? —Un tipo de cabello oscuro y no muy agradable se plantó en frente de (TN), la chica dio un paso atrás de forma inconsciente—. ¿Puede venir conmigo?
—Creo que ya hemos hecho suficiente —intervino Law, de manera cortante, clavando sus fríos ojos grises en Rosward y con la hija de este todavía colgada del brazo.
—Claro, claro... Charlos, déjalo estar. Tú habitación ya está bastante llena.
—Pero puedo cambiar a alguna chica...
—¿Acaso no me has escuchado? —insistió su padre, alzando la voz—. Lárgate y ponte a hacer algo de provecho. Jamás podrás estar al mando a mi lado si no te pones las pilas.
El tal Charlos se alejó, maldiciendo entre dientes. Si no podía quedársela... Le tocaría conquistarla con sus propios encantos.
Los recién llegados de separaron. El grupo más grande se dirigió hacia el polideportivo cubierto. Allí estaban montadas todas las camas, repartidas en filas a lo largo y ancho de todo el espacio, como un hospital de campaña.
—Podéis quedaros con estas. Guardaremos el resto de la fila para los que faltan de vuestro grupo —indicó el mismo militar que les había acompañado al principio y que les acompañaba en esos momentos—. Aquí tenéis otra muda de uniforme, para cuando tengáis que lavar la que lleváis puesta.
Les indicó los horarios y las ruinas que seguían en la comunidad. Hora de despertarse, el desayuno, trabajo, comida, más trabajo, tiempo libre, cena y descanso nocturno. Todo supervisado por los militares vigilantes, quienes se encargaban de que se cumplieran para poder tener un buen clima de convivencia.
Tras la explicación, se dirigieron a la entrada principal, tal y como se les había indicado. Law y Zoro ya estaban allí, con cara de pocos amigos como era habitual. Y todavía con más razón.
—Bien. A vuestros puestos —indicó el militar.
Salieron al exterior y se separaron, para dirigirse a las zonas a las que habían sido asignados.
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Epidemia One Piece «Law x Lectora»
De TodoLa familia de (TN) se mudó a Nara por cuestiones de trabajo de la madre. Un día cualquiera la joven universitaria está recogiendo a su hermana de la escuela cuando aparecen los primeros infectados. (TN) escapa con su hermana. Huyen a donde pueden, n...