Capítulo 3

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Garp, Smoker y Tashigi fueron los primeros en acelerar el paso para llegar al patio interior

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Garp, Smoker y Tashigi fueron los primeros en acelerar el paso para llegar al patio interior. El resto, por supuesto, no se quedaron quietos y se acercaron también para ver que estaba ocurriendo.

Se quedaron horrorizados al observar la escena tras el cristal. Era demasiado tarde. Había un grupo de infectados —unos diez— atacando a la mujer y sus hijos. Ya les habían mordido y, ahora que estaban cerca de la puerta, era posible percibir sus gritos.

—No... ¡No! —exclamó el marido. Estaba dispuesto a salir en ayuda de su familia, pero ya no tenía sentido. Garp y Smoker le sujetaron.

—Es una locura —murmuró el peli-blanco, aunque era completamente consciente de lo que debía estar sufriendo ese hombre. Sin embargo, era poner una vida más en peligro—. ¡Eh, Tashigi! ¡Tashigi alto ahí! ¡Es una orden!

La policía de cabellos negros hizo caso omiso a las palabras de su superior. Ni si quiera hubo tiempo de detenerla. Había salido al patio interior y estaba cerrando la puerta de cristal con llave. Tan solo ella llevaba el juego de llaves encima. No les daría tiempo de buscar otro. Alzó la cabeza y apoyó una mano en el cristal Se pudo apreciar perfectamente como las lágrimas recorrían sus mejillas.

—Me olvidé de cerrar la puerta. Sé que fui la última que entré... —confesó entre sollozos—. ¡Ha sido mi culpa! ¡Por mi culpa van a morir esos niños! Me encargaré de que dejen de sufrir y me iré con ellos si es necesario.

—¡Tashigi, entra ahora mismo! —exclamó Smoker, desesperado. ¡Maldita mujer! ¿Por qué tenía que ser así? Maldición—. ¡Deja de hacer gilipolleces! ¡No sirve de nada que mueras por esto!

(TN) se llevó una mano a la boca, horrorizada. Eran demasiados y cada vez venían más. No saldría de allí con vida, aunque parecía que ya lo tenía asumido. Cuando pegó un tiro a cada miembro de la familia, para que dejaran de sufrir, Yoshio —el padre de los niños— se volvió loco. Se deshizo con fuerza y violencia del agarre de los dos policías.

—Mierda, joder. Garp, necesitamos unas esposas —masculló Smoker, mientras se palpaba buscando la pistola. El mayor asintió, y aceleró el paso para ir a buscar unas—. Este tío se ha vuelto loco. Sé que no es para menos, pero... ¡Mierda! ¡Cogedle!

Hiro y la peli(t/c) intentaron de tenerle, al mismo tiempo que el policía se abalanzaba sobre él. Este último logró pararle, haciéndole un placaje. Sin embargo, el extintor que Yoshio había descolgado de la pared impactó contra el cristal haciendo un enorme agujero, a la par que un gran estruendo. Los infectados no tardaron en cambiar de rumbo, dirigiéndose hacia ellos y olvidándose de los cuatro cuerpos destrozados que yacían sobre el suelo.

—Me cago en todo —gruñó Smoker, dando un fuerte puñetazo en el suelo, a pocos centímetros de la cabeza de aquel hombre que había causado ese jodido desastre. No solo el estúpido sacrificio de Tashigi había sido en vano, sino que la comisaría ya no era un lugar seguro—. ¡Todos fuera de aquí! ¡Vamos a la entrada! ¡Garp, avisa a la gente de la cafetería!

Epidemia One Piece «Law x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora