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Es cielo despejado de ayer ya no era visible, en cambio nubes grises oscuras ocupaban todo el espacio. Iba a llover.
Irónicamente esto matcheaba con mi estado de ánimo.
Termino de guardar mis últimas pertenencias en el baúl y doy un vistazo a su habitación. Iba a extrañar estar en mi hogar por las vacaciones. Pero me digo a mi misma mentalmente que pronto volveré y no me iba a permitir angustiarme antes de tiempo.
—Deja eso —Blaise me regañó cuando quise tomar mi baúl—. Yo te lo llevo.
Y sin hacer el más mínimo esfuerzo a pesar de la cantidad de cosas que había dentro, se lo llevo hasta la sala común.
Lo miro agradecida, acariciándome la panza al recordar que ya no podía hacer ese tipo de esfuerzos.
—¿Estás lista? —Beca me toma del brazo.
—Nunca estoy lista para ver a mis padres —suspiro.
—Yo tampoco.
Entrelazo nuestras manos y dándonos la fuerza mutua que necesitamos comenzamos a caminar, alejándonos cada vez más de Hogwarts. La calidez quedándose más atrás con cada paso que damos.
—Rosie —Draco besa mi cabeza en cuanto me ve.
—Buen día, Dray.
—Rosie.
—Theodore —nos damos un asentimiento de cabeza.
—¿Vienen?
—De hecho estábamos pensando en sentarnos con las chicas un rato. No las vemos hace mucho.
—Está bien. Búsquennos después.
Hermione y Ginny ya estaban en un compartimento cuando las encontramos.
—Buen día, chicas —las saludó sonriente.
Ambas me contestan de la misma manera, aunque noto a Herms más decaída.
—¿Estás bien, Herms?
—¿Yo? claro que sí —se encoge de hombros mientras pretendía leer el libro que tenía entre manos.
Pero las tres compartimos una mirada, conocemos a nuestra amiga y sabemos que eso es mentira. Y también conocemos el motivo por el cual se encuentra así.
—¿Ron sigue con Lavander?
—¡Es que ya no los soporto más! —cerró de golpe su libro y comenzó a desahogarse.
