【Danmei】¡La protagonista me importa un pimiento!

Capítulo 24

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Capítulo 24

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Cuando te concentras demasiado en algo, el tiempo parece pasar más lentamente, tal es el caso de Xu Chenghao.

Mientras esperaba a que termine su jornada laboral, no podía quedarse quieto. Cada vez que pensaba que era casi el momento de salir, miraba el reloj y se daba cuenta de que solo habían pasado unos minutos. Era muy frustrante.

Xu Chenghao no pudo soportarlo más. De todos modos, él también es un gran jefe. ¿Qué tiene de malo salir temprano? ¡Quiere irse a casa!

En consecuencia, Li Nian, que seguía trabajando en la oficina, fue arrastrado para ser su guardaespaldas, abriendo el camino con los brazos extendidos y una expresión de desconcierto.

Li Nian: "???"

¡Ni siquiera sabía por qué tenía que caminar así y mirar a su alrededor como si fueran ladrones, observando las posiciones enemigas!

Xu Chenghao se escondió detrás de Li Nian, asomando la cabeza por encima de su hombro mientras sostenía al patito amarillo:

— Tienes que protegerme y llevarme a casa sano y salvo.

— ¿Qué demonios estás haciendo? Me siento como un loco.

— De todas formas, solo protégeme.

— Si eres el objetivo de los secuestradores, no podré protegerte.

— Solo necesitas detener a Cheng Yaojin*.

— ¿Qué?

Li Nian sintió que estaban hablando en diferentes idiomas y no podían comunicarse en absoluto. Solo pudo seguir desconcertado y llevar a Xu Chenghao fuera del edificio, tomando el ascensor directo al estacionamiento subterráneo.

Una vez que Xu Chenghao se sentó con éxito en el auto, lo primero que hizo fue instar a Li Nian a cerrar la puerta rápidamente, con una expresión muy cautelosa.

Li Nian pasó de estar desconcertado a quedarse sin palabras, incluso a rendirse. Si Xu Chenghao decía cerrar las puertas del auto, las cerraba; si decía ir a casa rápido, iba rápido; si decía llevarlo hasta la puerta, lo hacía.

¡Se preguntaba en qué otro lugar del mundo habría un asistente especial tan eficiente y considerado que hiciera todo lo que él dijera!

Tan pronto como Xu Chenghao entró en la casa, sintió como si hubiera entrado en una zona segura, se relajó al instante. Colocó al patito amarillo en la mesa de té y se hundió en el suave sofá, soltando un gran suspiro de alivio.

Li Nian todavía no entendía qué estaba pasando y se sentó con una expresión confundida.

La niñera, que estaba cocinando, salió al escuchar el ruido y los saludó:

— Señor Xu, hoy ha regresado temprano. Hola, señor Li, ¿se queda a cenar?

Li Nian se distrajo de inmediato:

— ¡Comer, comer, comer! Tía, quiero comer costillas de cerdo agridulces.

Xu Chenghao, que estaba desplomado en el sofá, lo miró con los ojos entrecerrados:

— ¡Si no vuelves a la empresa, estás saliendo temprano!

— Fuiste tú quien me arrastró hasta aquí, no es mi culpa —Li Nian se defendió con firmeza.