Tear • km

Cap. 2

Tuvo que suspirar y recordar que la persona delante de él, merecía respeto, aunque su paciencia se estaba agotando.

—¡Cómo pudiste tirar por la borda todo! —su madre le gritaba con fuerza—. ¡Todavía tengo que apoyar tus preferencias! ¿Así me pagas?

Esa fue la gota que derramó el vaso.

—¿Disculpa? —soltó enfadado—. ¡Y una mierda que me digas eso! ¿Apoyaste mis preferencias? ¡Qué puta mierda, mamá!

—¡No me hables así, Park Jimin! 

—¡No te voy a permitir que sueltes esa mierda de nuevo! —se acercó a pasos amenazantes—. ¡Todo lo que pasó no fue mi culpa y me sorprende que me culpes a mi cuando te pasó lo mismo!

Sintió un golpe en su mejilla izquierda, se quedó aturdido por unos segundos y volteo a ver a su madre que lo miraba con rencor.

—¡No te atrevas a hablarme así! —la mujer soltó—. ¿Tu sabes la vergüenza que pasé porque mi único hijo era gay? ¡Tu padre nos dejó por tu culpa!

—Mi padre nos dejó porque era un infeliz —dijo molesto, tratando de controlar su enojo—. Y de cualquier forma, mi relación no tiene nada que ver contigo, no entiendo porque te molestas.

—¡No puedes terminar con Jackson! —su madre gritó—. Él es el único que puede darnos una mejor vida, así que no me interesa si te rompió el jodido corazón, ¡Arregla las cosas con él y cásense como tenían planeado!

—No —dijo decidido—, no pienso regresar con él.

Su madre se acercó, quedando su rostro a centímetros del suyo, podía ver sus arrugas en sus ojos, las ojeras y el coraje que tenía en ella. Podía ver todas las emociones negativas dirigidas a él.

Aun así, nada lo preparó para lo que, la mujer que lo crió, diría. 

—Entonces olvídate que tienes madre. 

Las palabras cayeron como un balde de agua fría, su madre se dio media vuelta y desapareció al interior de su casa. 

Jimin tuvo que suspirar para calmarse y decidió salir de ahí con el corazón más destrozado que nunca.

«Pues quédate sin hijo si es lo que quieres, mamá», pensó.