En realidad, no sabía lo que estaba haciendo. Había tomado ese folleto sintiendo que era una clase de señal, pero ahora, estando frente al cuartel militar y con sus papeles en su folder que portaba bajo su brazo, no estaba tan seguro.
Tragó saliva y esperó unos segundos a recuperar el valor que había perdido.
Caminó con pasos firmes, no estaba seguro de hacer eso pero teniendo en cuenta que no tenía otras opciones, decidió que era lo mejor.
No tenía nada que perder, de cualquier manera, su prometido y ahora su madre, no formaban parte de su vida más, ambos por decisión propia.
Y sentía que era el único camino para desaparecer de la faz de la tierra, o al menos, desaparecer de ellos por un buen rato.
Además, para ser honestos, nunca había tenido amigos, en realidad no tenía ninguno.
Estaba solo.
Así que, ¿qué más daba?
Entró al lugar y encontró a varios militares, se acercó a uno de ellos.
—Buen día, ¿en dónde se entregan los papeles para los nuevos reclutados?
—Sigue derecho y en la tercera puerta izquierda. Toca antes de entrar.
—Gracias.
Hizo una leve reverencia y caminó, tal cómo le aconsejo el militar, tocó la puerta y esperó. No pasaron muchos segundos hasta que fue abierta y vió a un hombre casi de su estatura, levemente más pálido y con cara de poco amigos quién lo recibió.
—¿Qué se le ofrece?
—Vengo a dejar los papeles para el reclutamiento.
—Pasa.
El hombre se hizo a un lado y él ingresó, en el escritorio, se encontraba otro hombre que, a diferencia de su compañero, se veía más animado.
—Buena tarde, joven.
—Buena tarde —respondió—, vengo por el reclutamiento.
—Claro, te explico rápidamente —el hombre le indicó que se sentara y obedeció—. El reclutamiento es para entrar a trabajar de cabo, si cuentas con estudios, podemos guiarte a otra zona. Si no, tu zona es de cabo, se te dará un pago quincenal, al ser reclutado, debes vivir en el cuartel, igual cada mes se les dan tres días libres para salir del cuartel, visitar familiares o parecido. Ahora, ésto aplica si eres menor de 28 años, por temas de capacidad física, si tú quieres ingresar, te daremos un contrato a firmar. ¿Aún estás interesado?
Se quedó callado por unos segundos, pero finalmente, recordó que no tenía otro lugar a donde ir.
—Me parece bien, ¿tengo que firmar hoy mismo?
El militar pareció sorprendido de su respuesta y asintió —Entregame tus papeles, los revisamos y podrás firmar, igual se te darán las fechas en donde podrás ingresar por si necesitas arreglar algo.
Negó —Me gustaría ingresar lo antes posible.
El hombre pálido habló a sus espaldas.
—Revisa bien su historial de antecedentes penales, nadie luce más desesperado por huir que un delincuente.
Apretó sus puños y suspiró para calmarse.
—No soy ningún delincuente, no soy un idiota para venir acá si lo fuera.
El hombre delante de él lo miró sorprendido y lo vio suspirar.
—¿Seguro que quieres ésto? Porque responderle así a un superior, te traerá problemas.
Parpadeó un poco y carraspeó, sentía la mirada del otro hombre sobre él y tuvo que calmarse —Lo siento, estoy un poco a la defensiva.
—Calma tu temperamento —el hombre pálido dijo—, o te comerán vivo aquí, a mí no me importa, pero tendrás muchos superiores, no puedes ir por la vida hablando como si no importara el estatus.
Se mordió el labio y respondió —Sí, señor. Lo siento.
Ninguno de los otros hombres dijo algo más, vio al militar delante de él revisar sus documentos e ingresar ciertos datos en su computadora.
Mientras esperaba, él no podía dejar de pensar que quería desaparecer y no ser encontrado, las llamadas y mensajes de Jackson no habían parado desde entonces y aunque sabía que la solución más fácil era bloquearlo, una parte de él quería ver cuánto duraba insistiendo por su perdón.
Había herido su orgullo con sus acciones, lo mínimo que quería era recuperar un poco de eso.
Después de un tiempo, el hombre juntó sus documentos y los guardó en una carpeta.
Vio al hombre pálido acercarse a una impresora y traer unos papeles que le fueron puestos en el escritorio frente a él.
—Bien, joven Park, puede tomarse su tiempo en leer los documentos, si no tiene duda, puede firmarlos.
Su mente estaba hecha un caos, lo único que quería era tener algo que hacer para olvidar.
Necesitaba con urgencia olvidar.
Así que tomó la pluma que le dejaron a un costado del documento, sólo se fijó que sus datos fueran correctos y procedió a firmar sin más.
No le interesaba, no quería saber, sólo quería entrar lo antes posible.
Dejó la pluma sobre los papeles, levantó la vista y notó el asombro en el rostro de ambos hombres.
—¿Cuándo empiezo?
El hombre delante de él carraspeó.
—Bueno, en dos días puedes venir a instalarte. Acá se te dará el uniforme, puedes traer cosas de aseo personal, por lo demás, no te preocupes.
Asintió y se puso de pie —Gracias, nos vemos en dos días.
—Hasta entonces, joven Park.
Les tendió la mano a ambos hombres y se dio la vuelta para salir de ahí.
Ya estaba decidido. No había vuelta atrás.

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Tear • km
FanfictionUn corazón roto y un anuncio para nuevos aspirantes a la milicia. Tal vez era el nuevo comienzo que necesitaba o tal vez era la peor decisión que podía tomar. -Muéstrame que tienes, niño. →Historia 100% original →No se aceptan copias ni adaptaciones