Las visitas al departamento del otro eran más frecuentes ahora.
La excusa de Minho siempre era la misma: "Voy a comprar y al volver me siento cansado, por lo que siempre visito a Han" como si una salida de máximo 30 minutos fuera agotadora para el mayor.
Jisung no tenía excusa alguna, eran pocas las veces que él iba ya que eran más las veces cuando Minho iba hacia él.
Aquella frase que decían los chicos constantemente "Han puede vivir sin Minho, pero Minho no puede vivir sin Han" cobraba sentido sabiendo aquél pequeño dato, aunque ambos sabían que no era cierto y que no podrían vivir el uno sin el otro.
El amor entre ambos era oculto frente a cámaras y frente al CEO de la empresa para la que trabajaban, si bien no era problema para los demás, para el jefe en cabeza podría serlo.
Por eso, no se arriesgarían en nada.Inevitablemente los roces, caricias y miradas que eran la puerta a su corazón no eran algo que pudieran evitar, era algo tan natural como su amor incapaz de ser oculto.
Y apenas tenían la oportunidad de estar a solas, ambas almas disfrutaban de su amada compañía que tanto adoraban, fundiéndose en sesiones cariñosas y hasta a veces donde llegaban a unir su cuerpo y corazón de manera lujuriosa.
Sin dudas, esos chicos eran almas gemelas.
Aún así Minho seguía con una incógnita que hacía que todo su cuerpo ardiera.
Su chico lo amaba, eso estaba claro y poco más lo gritaba por los aires pero...
¿Por qué aún se mantenía apegado a Hyunjin?
El solo pensar a ese pelinegro queriendo insinuarse con su bello Jisung lo lograba poner de un humor terrible.
El rubio pecoso se mantenía ensimismado en su propio celular, al parecer, jugando algo que fuera de su interés mientras esperaba a que el tiempo pasara.Hyunjin se encargaba de apreciarlo con cierta distancia, disfrutaba de ver las bellas facciones de aquél chico, sus labios que parecían saber tan dulce como una fresa, sus pestañas que revoloteaban al aire y oh, su más grande debilidad, las pecas que decoraban con delicadeza su rostro.
El pelinegro se dió cuenta de su enamoramiento hacia el jóven australiano tras pasar una maravillosa tarde juntos en uno de sus días libres.
Rieron, conversaron, incluso llegaron a tener un poco de cercanía que lograba poner increíblemente nervioso al más alto. Tarde o temprano las cosas cambiaron y Hyunjin cayó rendido a sus pies, siendo ignorante a los sentimientos de Félix.
No importaba si él no sentía lo mismo, no había forma de que Hyunjin dejara de apreciar su increíble belleza como si de una obra de arte se hablase.
— No sé si te ves peor que yo mirando a Minho o estamos en el mismo estado.— Reconoció esa voz de inmediato, soltando un suspiro sonoro ante su pequeño dramatismo.
— No puedo evitarlo ¡Tan solo míralo! Es increíblemente hermoso lo veas por donde lo veas. — Con total resignación apoyó su espalda contra la pared, cerrando sus ojos por un par de segundos para ordenar sus pensamientos.
Aquellos donde el protagonista era su amado australiano.
— ¿Le dijiste lo que sentís por él?
Hyunjin se quedó en silencio, tratando de formular alguna pequeña mentira que no lo dejara en ridículo.
— Bueno, ya ví que no. — Habló el más bajo un par de segundos después, haciendo que Hwang soltara una queja.
— ¡No es justo! Se supone que yo era el que te ayudaba a declararte, te adelantaste a los hechos.
— No es mi culpa ser más valiente que vos, Hwang Hyunjin.
Nuevamente se quejó, aferrándose al cuerpo de su pequeño mejor amigo mientras escondía su rostro entre su cuello.
— ¿Por qué no lo soltas? — Se escuchó de repente, ambos chicos miraron hacia la dirección de aquella voz, siendo encontrados por un Minho con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
Una mirada era brillante, mientras la otra era divertida, dándose cuenta de lo que sucedía.
— ¿Por qué debería? Estoy tan cómodo. — Soltó en un tono divertido, casi provocando los celos del castaño.
Tras decir aquello se apegó más a Jisung, haciendo que el menor soltara un quejido ante tanta cercanía del pelinegro.
Minho en cambio apretó sus labios, queriendo contener las ganas de tomar a Jisung y llevarlo quién sabe a dónde mientras fuera lejos del más alto.
— Ya, soltame, debo ir con Minho. — Mencionó el rubio para después apartarse de aquél apretado abrazo, acercándose al castaño para ocultarse en su pecho.
Minho no tardó ni un segundo en cubrirlo entre sus brazos y dejar un beso en su cabeza, dirigiendo una última mirada filosa hacia Hyunjin antes de irse con su amado.
— Que interesante. — Soltó Hyunjin antes de reír, volviendo a fijar su mirada en su chico que ahora lo miraba atentamente.
Sus ojos se abrieron ampliamente ante la sorpresa, decidiendo por hacerse el distraído y alejarse de allí.
Félix sonrió dulcemente luego de ver esa escena, le encantaba ese chico y continuaba a la espera de que finalmente le confesara lo que siente por él.
O quién sabe, quizás terminaba siendo él primero.
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Want so bad // MinSung
Fanfictiondonde minho siente celos al ver a jisung y hyunjin cada vez más cerca.