CAPÍTULO 262

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"¡Esta sirviente se atreve a pedirle a Su Majestad que considere cuidadosamente el asunto del general!” Tian Yajing se levantó de su cojín de brocado, se arrodilló y se inclinó ante el emperador.

Ai Qing se levantó lentamente y la ayudó a levantarse, Tian Yajing percibió un atisbo de esperanza, sin embargo, Ai Qing hablo y repitió la misma frase: "No puedo hacerlo".

Tian Yajing estaba extremadamente decepcionada. Ella siempre había creído que si el emperador realmente amaba al general, haría cualquier sacrificio. ¿Quién no querría que su amado viviera bien?

Pero el emperador era tan egoísta, para satisfacer sus propios deseos, no le importaba la vida o la muerte de Jing Ting Rui.

Dado que Jing Ting Rui era un ministro, no podía alejarse del emperador, lo cual era comprensible. ¿Qué dificultad tenía el emperador? Una orden podría hacer que Jing Ting Rui se alejara de él. En última instancia, el emperador no amaba tanto al general. El emperador solo se amaba a sí mismo.

Tian Yajing, llena de resentimiento y desesperación, salió del Salón Qinzheng.

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Jing Ting Rui lleva más de medio mes sin ver a Ai Qing, porque éste siempre se había negado a verlo por uno u otro motivo.

Y para investigar si la facción del viejo príncipe estaba involucrada en luchas partidistas o tenía otros planes, Jing Ting Rui no había asistido a la corte recientemente. Oficialmente se decía que, por orden del emperador, acompañaba al rey de Xiliang a recorrer los hermosos paisajes de Dayan y le ofrecía deliciosas comidas de varias regiones.

Gracias a ello, Jing Ting Rui pudo llevar a sus hombres en busca de pistas, pero en cuanto estaba libre, volvía corriendo al palacio sin detenerse.

En este momento, en pleno verano, el calor era insoportable, Ai Qing tenía seis meses de embarazo, su cuerpo estaba cada vez más pesado, y tenía que usar amplias túnicas para ocultar su vientre, lo cual no solo podía causarle un golpe de calor, sino también despertar sospechas entre los ministros.

Jing Ting Rui quería acompañar a Ai Qing. Primero, si los ministros veían que su actitud era normal, se disiparían las dudas sobre la salud del emperador. Segundo, aunque no pudiera aliviar la carga del emperador, quería hacer algo por él. Si Ai Qing se lo pedía, él lo haría sin dudarlo.

Pero si ni siquiera podía verlo, todos sus pensamientos eran sólo palabras vacías.

Jing Ting Rui no podía evitar sentirse deprimido. Sentado en el corredor del Patio de Bronce, limpiaba su espada Chi You con un paño, la cual brillaba intensamente bajo el sol, lo que hacía que su expresión pareciera aún más sombría.

Tian Yajing vino una vez más a ver a Jing Ting Rui. Aunque él la ignoraba, ella aún quería venir a verlo.

Hoy, Jing Ting Rui la hizo sentir un dolor profundo. El emperador decía que amaba al general, ¡pero no lo valoraba en absoluto! Trataba al general como si fuera desechable, ¡con la arrogancia de un emperador!

"Su Alteza, alguien viene hacia aquí."Tian Yajing estaba secretamente furiosa cuando la doncella de palacio Qiao Yu se acercó, se inclinó y dijo: "Volvamos".

Aunque Qiao Yu fue asignada por Jing Ting Rui para estar al lado de la consorte Xiu Yuan, era de mente simple y siempre pensó que la consorte venía al Patio de Bronce de vez en cuando porque estaba preocupada por el bienestar de su hermano mayor pero temía molestar a su hermano en su trabajo, así que, se limitaba a mirarlo a través de la puerta principal.

En cuanto a los guardias del Patio de Bronce, mientras el general Jing no dijera nada, ellos no interferían.

Además, la consorte Xiuyuan era la única consorte del harén y estaba embarazada del heredero imperial. A menos que quisieran poner en peligro sus vidas, nadie se atrevería a murmurar sobre ella.

[ADVERSARIO] PARTE 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora