Un Caballo Salva El Día Y Muere Kosair

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HOLA, YA ACTUALICE, NO ME DOXEEEN PLS

Como verán, perdí todos mis archivos y cambié la portada nomas para que cuadre con los separadores. El rosado es superior y al que no le guste se va de mi iglesia bsos

A Sovieshu le habría gustado afirmar que su viaje fue agradable, sin contratiempos, salvo por la misteriosa desaparición de su caballo

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A Sovieshu le habría gustado afirmar que su viaje fue agradable, sin contratiempos, salvo por la misteriosa desaparición de su caballo. Sin embargo, hacía mucho tiempo Dios decidió que él era el único hombre privilegiado en todo el mundo con un perro llamado Marqués Karl, y eso fue lo que determinó su final.

De nuevo, intentó deslizar una mano a traves de las cuerdas, pero el manotazo de un hombre lo detuvo. De reojo, miró con desaprobación a sus inútiles soldados ¿Para qué les pagaba sino era para que no lo secuestren?

Recapituló esos desafortunados episodios.

Un poco después de que avanzaran a traves del prado, un grupo de forajidos iguales a mapaches derribaron los caballos de sus soldados, e inevitablemente, alcanzaron a la pobre yegua del Gran duque. No es un dato que interesará a muchos, pero la yegua de Kaufman se llamaba Rhoshandiatellyneshiaunneveshenk Koyaanisquatsiuth, y por lo menos a Sovieshu le había parecido un nombre extrañisimo (además de impronunciable), por lo que nos dirigiremos a ella como "the yegua"—Sé que no existe el ingles en la época mágica antigua, a saber que idioma hablan, pero el chiste debe funcionar de alguna manera—. "The yegua", aunque fue derribada, logró escapar pateando a algunos desafortunados esbirros que estaban cerca del Emperador, y más importante aún, cerca del carruaje en el que iban Kosair y Rashta, lo que les dio la oportunidad de escapar entre las piernas de los rufianes mala cara.

Era unicamente por eso que Sovieshu estaba tranquilo y había conseguido las suficientes agallas para intentar escapar en más de una ocasion, o hacerle caras al soldado que le hacía guardia.

Un poco más alla de la carroza derribada de Kosair, el Gran Duque disfrutaba el tronco de un árbol al que estaba atado, con una permanente expresión agria de arrepentimiento, y aunque Sovieshu era extremadamente curioso, le importaba poco la situación sentimental de Kaufman (por lo menos en ese momento, quizás en otro estaría más preocupado).

Los asaltantes estaban ansiosos, posiblemente porque habían dejado escapar a dos de ellos, quienes regresarían con más personas, por lo que la situación se volvía mucho más violenta de lo que habían previsto. Sovieshu los felicitó internamente por no escapar en los primero diez minutos, él ya hubiese huido con valentía si estuviese en su lugar.

— ¡El pajaro, Rodrick! ¡¿Cómo demonios piensas que informaremos que ya los tenemos?!— Gritó un rufián de barba poblada a un esbirro tan delgado como un fideo.

La pasta carbonara tembló y continuó buscando entre las cajas y maletines de cosas indispensables para rufianes, como un jabón con olor a malvado o un cepillo de dientes negro. Finalmente, levantó una pequeña jaula con una expresión de esperanza que al instante volvió a ser una asustadiza:— ¡Se ha escapado!

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⏰ Última actualización: Aug 07 ⏰

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Un reemplazo mis cojones. [La emperatriz divorciada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora