Un reemplazo mis cojones. [La emperatriz divorciada]

Rashta quiere a Ergi, Kosair odia a Sovieshu

Sovieshu tuvo una mala espina de Kosair desde el inicio.

Nunca supo que fue lo que le provoco aquello; envidia, terror, admiración, respeto. Los sentimientos eran infinitos, aun así a Sovieshu le fue imposible identificar el que sentía cuando interactuaba con Kosair.

Le conoció de verdad a los 15 años, y cuando se habla de conocer a alguien "de verdad" se entiende que no es solo dar la mano y saludarse según el protocolo. Conocerse era hablar de meteoritos, sabanas, espadas, jugar una buena partida de ajedrez, compartir una tarde de picnic e incluso nadar desnudos en el lago de las ninfas (según los libros que leía por las noches) ¡Pero por supuesto que conocer bien a Kosair en una tarde de picnic no fue el deseo de Dios!

Sucedió un día que llevo a Navier al bosque con la excusa de cazar un alce (porque en realidad ese día había "escapado" a hablar de hongos y buscar hadas con Navier.) Ambos quedaron acorralados por un lobo. No por dos, ni tres y menos cuatro, fue solo un lobo joven probablemente perdido de su manada y con más miedo que ambos adolescentes.
Navier se espantó lo suficiente para pegar un grito al cielo que espanto a las aves y a todas las hadas cercanas a un radio de 300 metros.
Y mientras Sovieshu trató de entablar una educada conversación con Mr.Lobo, Kosair ya había dado su caída de arquero fantasía al suelo en el rescate de su hermana.

El lobo no sobrevivio y el póster de hombre perfecto que tenía pegado Sovieshu en la cara de Kosair fue arrancado de la manera más brusca y espartana jamás imaginada.

Kosair le arranco una pierna al lobo de un jalón y luego volteó a pegarle con un palo a Sovieshu en la cabeza.

Fue humillante escuchar a Navier gritar "¡No le pegues más, esta sangrando hasta de las orejas! ¡Para de una vez!"

Pero admitía que le hubiese encantado tener a una Navier sentada a su costado en vez de un Kaufman. Navier era más pacifica a la hora de defender a sus maridos.

Kosair alcanzó una galleta de la mesita, sin cruzar miradas en ningun momento con el Gran Duque, pensando en todas las maneras posibles de ataque contra koalas híbridos de osos pardo. Al mismo tiempo, Kaufman se limpió la boca sin quitar los ojos de Kosair.

Esa situación acabaría en una masacre de poema épico.

Y si Dios era grande y poderoso, Sovieshu seria un superviviente junto al pajarito azul llamado gusgus.

El marques Carl detuvo la tercera guerra mundial mental y dijo. — Entonces caballeros, ese será el horario "Emperador en riesgo"; el doctor de confianza y los refuerzos tardarán en llegar unos días más, hasta entonces convivan en armonía junto al emperador.

Kosair asintió respetuoso, pero con una mirada que pedía a gritos la muerte ajena.

Sovieshu dejo a su cuerpo hundirse en el sillón donde estaba sentado, pensaba igual en dejarse matar, quizas salir alguna noche a pasear por el palacio solo. Pero al mismo tiempo que se imaginaba morir, preguntas saltaban en su cabeza con música pop de fondo: ¿Quién querria matarlo? ¿Por qué a alguien le interesaría matarlo? ¿Ese alguien no habia leído las noticias acerca de todas las tragedias consecutivas que estaba viviendo?

¡Oh si, demosle al emperador una mega preocupación extra, ya verás lo feliz que se pone!

Ni siquiera Sovieshu siendo el campesino más enfermo y nefasto existente en el reino pensaría en matar al emperador ¿Con qué beneficio?

La cabeza de Sovieshu comenzó a doler, probablemente del estrés. Se levantó del asiento somnoliento, ignorando a los tres hombres reunidos (que se suponia debían velar por su seguridad) — Voy a sacar a Gusgus. — avisó dirigiéndose a la jaula del ave azul. Amarró un mini gorro fabricado por él a la cabeza del pájaro y lo lanzo por la ventana a volar.
Y solo volvió al mismo ritmo a tirarse entre edredones y almohadas. Si sus niñeros iban a matarse era mejor no ensuciar su ropa de sangre; un pensamiento que corrió muy rápido hasta tener una flecha a centímetros de su pierna.