Capitulo 19

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|DESPEDIDA DE SOLTERA|

Parte 1

- 17 Años

Nunca me había pasado esto.

Bueno, en realidad sí, pero no a este nivel; Sin embargo, fue sólo ese gesto, levantar la mirada de su libro de historia para dejarme hipnotizada.

-Alicia.. ¿estás escuchando? -la voz de Olivia me sacó del limbo en que me hundieron sus ojos cafes.

Asentí repetida cantidad de veces para que me dejara en paz y yo pudiera seguir mirándola.

Hasta el día de hoy no me daba cuenta de lo hermosa que se veía con el ceño fruncido pasando página tras página para hacer su tarea.

-Deberías estar haciendo tu tarea en vez de distraerte con mis ojos, cariño- dijo sin apartar la vista del libro.

Ella ya se había dado cuenta que sus "ojos cafes" eran mi total y completa perdición, lo fueron desde niña y estoy segura que lo seguirán siendo por el resto de mi vida.

-Y tú deberías leer en vez de estar pendiente a lo que haga y lo que no -le respondí, volviendo al tono arrogante y terco que utilizaba cuando estaba junto a ella para que no se diera cuenta de lo estúpida que me dejaba con solo estar a mi lado.

-Cariño... nos casaremos este fin de semana, podrías dejar de pelear al menos, ¿no lo crees? -replicó mientras me veía de manera seria.

Bufé sonoramente, por supuesto que sabía que nuestra boda sería este fin de semana, por eso estaba así: tan cambiante.

Podía ser dulce y de repente enojona. Los nervios me comían viva.

-Está bien, Oli- no tenía caso resistirme, además, con la mirada de cachorro que tenía la castaña sería muy imposible negarme.

Estos últimos días ella también lucía nerviosa: cometía errores, tropezaba con sus propios pies e incluso reprobó en una prueba.

La perfecta Olivia que hacía todo con una excelencia innata había desaprobado un examen, aunque eso no pareció importarle, algo la tenía muy preocupada y estaba muy segura de que no era por la boda.

Iba a averiguarlo.

Llamé a Jennie para que fuera a la casa, ella llamó a Serena, y a Sarah.

Después de media hora, estábamos las tres en mi habitación pensando que podría tener tan afligida y preocupada a Olivia.

-¿Y si ya no se quiere casar? -postuló Jennie.

Una parte de mí se alarmó muchísimo, era la parte que ansiaba estar con ella.

-¿En serio lo crees? -le preguntó Sarah, la menor lo pensó unos segundos y refunfuñó.

-Claro que no, pero era sólo una idea.

-Pues se aleja mucho de la realidad -agregó Serena.

Estuvimos mucho tiempo pensando y cuando oscureció, las chicas terminaron por ver Titanic en la televisión.

Yo las observé mientras ellas le gritaban al capitán para que no chocara contra el iceberg, extrañaría formar parte de este grupo.

No quería decir que dejaría de ser amiga de ellas, yo jamás me separaría de las mejores amigas que alguien podría desear, pero desde la próxima semana las cosas no sería lo mismo: ellas podrán salir sin preocupaciones, mientras que yo estaré casada.

Sin mencionar que cuando acabe el año sólo quedaremos Dylan y yo en la escuela.

Crecer apestaba.

Eso me recordó al libro de Peter Pan que Olivia me regaló.

𝑴𝒂𝒓𝒓𝒚 𝑴𝒆 | 𝑶𝒍𝒊𝒗𝒊𝒂 𝑹𝑜𝒅𝒓𝒊𝒈𝑜 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora