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Preparé una bebida caliente y se la ofrecí a Lindsey, quien se encontraba sentada en el sillón con los pies sobre el cojín y una toalla en la cabeza. La cogió y sopló el contenido mientras mantenía la mirada perdida.

― Llevan tiempo buscándome y en consecuencia de ello te siguen.

― ¿Qué? ― pregunté un poco desconcertado.

―Esos hombres que dices que te siguen. Son cazadores de dones.

―¿Qué? ―Repetí sin entender nada. Me hizo un gesto con la mano y continuó hablando.

― Como ya te he dije, hay que ir con mucho cuidado. Esos hombres son muy peligrosos, no dudan en matar si es necesario ― No podía aguantar más la curiosidad así que antes de que acabara de hablar la interrumpí.

― ¿Pero qué es lo que quieren?

―Ellos... no quieren que cumpla con mi misión. Quieren acabar conmigo y con los míos para que les sea más fácil conseguir su propósito

― ¿Qué eres? ―Seguía interrogándola y ya que al parecer hoy estaba dispuesta a resolver todas mis dudas pasé a la pregunta que me daba más miedo y curiosidad al mismo tiempo.

― Una guardiana de sueños.

― ¿Una qué?

― Des de pequeña tengo un don. Soy capaz de ver las alas de la gente. Esas alas son las que ayudan a las personas a volar hacía sus sueños. Son nuestras capacidades y habilidades... M misión es conseguir que las plumas de estas no se vuelvan negras, que se mantengan lo más blancas posibles ya que eso significaría que la persona cree en ella misma. Como más oscuras son las plumas más apática se vuelve la persona, olvida sus capacidades y objetivos, deja de creer en ella y por tanto, se vuelve más vulnerable. Lo que quieren esos hombres es tener al mayor número de gente posible con sus alas negras. De esta forma serán capaces de dominar a la gente, de hacerse los amos del mundo. ¿Sabes? Cuando te conocí, tus alas estaban en bastante mal estado. Tenían un color gris oscuro que empezaba a tirar a negro e incluso algunas plumas empezaban a caer. Era curioso, por qué el color de las tuyas variaba de del gris claro al gris oscuro muy seguido. Fue bueno encontrarte... Si ellos hubiesen llegado antes que yo probablemente ahora ya se hubiesen llevado tu sueños e ilusiones y caminarías sin alma por el resto de tus días sin posibilidad de recuperarte. Hubiesen acabado contigo completamente, ahora no tendrías ni una pizca de energía vital. ―Estuve unos segundos intentado asimilar tanta información. Era mucha, tal vez demasiada en poco rato.

―¿Y por qué quieren tus ojos y tu corazón? ¿Qué tienen que ver en todo esto?―Pregunté incapaz de articular cualquier otra cosa. Empezaba a asustarme, a pesar que quise saberlo durante tanto tiempo, ahora mismo no estaba seguro de nada. Empezaba a cuestionarme dónde me había metido.

― Quieren mis ojos para quedarse con el don y usarlo para sus beneficios... Y mi corazón lo quieren probablemente para destruirlo. Así acabarían conmigo definitivamente. Si hacen eso desaparecería para siempre. Cualquier rastro de mi existencia desaparecería para toda la eternidad. Si pasa eso habrá una alma menos luchando por el equilibrio del destino y eso podría acarrear graves consecuencias para el universo.

―¿Equilibrio del destino? ¿Qué es exactamente todo eso que no vemos? ¿Hay más como tú?

― ¿Preguntas mucho, eh? ― Rió antes de seguir hablando. ― Todo a su debido tiempo... Lo primero es ver que hacemos ahora. No podemos quedarnos aquí para siempre. La protección de la casa no durará para siempre, se irá debilitando a medida que pasen los días... En algún momento tendremos que salir

―¿Qué vas a hacer?

― Querrás decir que vamos a hacer... Ahora tú también eres parte de esto...―Respondió para mi sorpresa. Iba a contestarle pero no pude ya que un fuerte estruendo se escuchó des de la cocina.


Vuela altoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora