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―No vuelvas a responderme nunca más con un "¿Qué ha sido qué?"―Dije a Lindsey quien había respondido con esta frase a mi pregunta. Adam rió.

―Está de broma. No viene mal algo así en situaciones como esas... Vamos a prepararnos para mañana y te contamos. ―De nuevo saco del bolsillo un pañuelo, ésta vez distinto al de la otra vez en mi casa, lo tiro al aire y antes de caer al suelo aparecieron debajo víveres y varias bolsas con cosas útiles para la supervivencia. Le alargó una de las bolsas a Lindsey y dijo:

―Tu deberías descansar en el primer turno. Nosotros dos haremos la vigilancia. A medianoche haremos cambio de turno y mañana al alba emprenderemos el viaje. Con un poco de suerte Nina cumplirá con su parte. Iremos hacía el sur para poder seguir el camino más seguro hasta Mahiko, de allí iremos en dirección a Hana pero antes de llegar giraremos hacia Kahua mau'u. Si conseguimos llegar hasta allí su poder será más débil y por tanto podremos enfrentarlos mejor. Según mis cálculos llegaremos allí en más o menos una semana, con un poco de suerte llegaremos sanos y salvos... si todo va bien ahí nos esperaran los refuerzos que pedí antes de partir en vuestra búsqueda, pero hay que conseguir llegar hasta ahí... vivos a poder ser. Ahora mismo tú eres la más importante de los tres, por nada del mundo podemos dejar que te capturen. Reposa. ―Dijo estas últimas palabras casi exigiendo a Lindsey y se arrodilló al suelo y se ocupó de hacer fuego para preparar algo de comer y no helarnos si bajaban algo las temperaturas.

Poco a poco se iba haciendo oscuro y mi mente seguía sin estar despejada. Era una sensación extraña, como más entendía cómo funcionaba el mundo, menos me parecía entenderlo. Mi mente intentaba procesar todos los hechos de las últimas semanas pero era realmente difícil.

― ¿Y bien? ― Supongo que entendió a que me refería ya que se decidió a hablar.

― Nina es una bailarina del tiempo. Dependiendo de su baile hace un tiempo u otro. Le hemos pedido que intente mantener buen tiempo por unos días. Le hemos pedido tiempo a nuestro favor ya que los cazadores no soportan lo alegre y brillante. .. Es cierto que Nina no puede hacer eso, debe mantenerse neutral. A pesar de todo el cristal de la esfera se está quebrantando y si pasa eso el tiempo actuará a su libre albedrío, eso provocará que al equilibrio negativo le sea más fácil capturarlo en su totalidad para usarlo para sus propósitos. Las cosas están peor de lo que parecen, y vosotros, los simples mundanos ni siquiera os enteráis y estáis siempre preocupados por cosas estúpidas.

― Eso me recuerda a algo que me dijo Lindsey hace algún tiempo. ― Hubo un tiempo de silencio, después se giró y miró a Lindsey que ya estaba durmiendo en el suelo.

― Es genial ¿no crees? No hay muchos como ella. Es envidiable como a pesar de su pasado está siempre pendiente de todos, animándoles y tomándose sus misiones en serio. Muchos ni siquiera son capaces de aceptar su don. ―Fue entonces cuando me di cuenta de lo egoísta que había sido. Ni siquiera había sido. No sabía de su historia y la había tratado así de mal como lo hice. A pesar de todo ella siempre estuvo con una sonrisa para mí. En ese momento me sentía como un monstruo sin sentimientos.

―Ahora te arrepientes de haberla tratado como lo hiciste, ¿no? No deberías haberle gritado de esa forma.

― ¿Lees la mente, tienes empatía o algo? ―Rió ante mi pregunta.

―No. Tu cara es fácil de leer. Además, Lindsey me contó lo del concurso. Aunque tenga un poder es humana, ¿sabes? No eres la única que lo ha sufrido. ¿Sabes que su familia nunca creyó que tuviese un don?

― ¿No?

―No. De hecho, creyeron que estaba loca e incluso intentaron encerrarle en una institución mental. Cuando era pequeña sus padres pensaron que era solo un juego de niños y no le hicieron mucho caso pero como creció y la cosa seguía igual se empezaron a preocupar. Con el tiempo aprendió a esconderlo, pero un día se le escapó y pensaron que lo mejor era encerrarla.

―Menos mal que no lo hicieron...

―Oh no, sí lo hicieron. No sabes lo que me costó sacarla de ahí... Al final conseguimos escaparnos. Nunca se sabe cómo pueden reaccionar los padres de los hijos con dones. Algunos lo aceptan en seguida, otros en cambio no y no los creen o los repudian.

―¿Y a ti? ¿Qué te pasó? ―Al momento me arrepentí de haber preguntado eso. Agachó la cabeza y cuándo creía que no respondería hablo en tono afligido.

―Mis padres murieron cuando tenía siete años. Fue un cazador. En ese entonces yo estaba descubriendo mi poder. Mi padres intentaron protegerme, yo pude escapar por la puerta trasera pero ellos no. Nunca más los volví a ver... Ahora lo único que tengo es a un par de compañeros. Y a ella. ―Volvió a mirar a Lindsey y suspiró. ―Solo nos tenemos a nosotros. Ahí es donde aprendimos lo que realmente importa.

Iba a hablar yo de nuevo, pero escuché un ruido como si alguien pisara una rama. Empecé a notar un extraño olor que me era familiar. Creía que era imaginación mía pero cuando miré a Adam estaba muy atento a nuestros alrededores. Instintivamente me llevé la mano a la nariz.

―¿Qué es este olor?

― ¿Qué olor? ―Adam parecía no notar el olor pero sí el frio repentino.

―Un olor putrefacto. Recuerdo haberlo olido antes... Pero no sé dónde...

¡Espera! ¡Ya me acuerdo! En el parque, esa noche cuando el collar de Lindsey se puso a emitir destellos.

―Cazadores. Tenemos que irnos de aquí. ¡Rápido! ―Me ordenó que recogiera todo y apagara el fuego. Intenté dejarlo todo más o menos como estaba mientras él cogía a Lindsey y a Lindsey y la cargaba a su espalda. Caminamos un buen rato pero ella no despertó hasta que llegamos a lo que parecía el final (o el principio según se mire) del bosque.

―¿Qué ha pasado? ¿Dónde me lleváis? ―Dijo con voz de cansada.

―¡Shhh...! Duerme. Es mejor que nos vayamos moviendo. Así les costará más encontrarnos.

Parecía que se lo creía y volvía a dormirse.

Caminamos durante horas, empezaba sentirme cansado y no creía volver a andar. Nos sentamos y fue mi turno de dormir detrás de unos arbustos, pero solo porqué no pasó a propósito. Caí en un profundo sueño y no desperté hasta dentro de horas.

Los días siguientes transcurrieron de la misma forma, nos turnábamos para dormir y avanzábamos todo lo que podíamos. No parecía haber rastro de ningún cazador, como si hubiesen dejado de seguirnos.

Vuela altoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora