Epílogo

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La botella se alejaba lentamente, al igual que el recuerdo de esos días que cada vez parecían más lejanos.
Tras haber caído desmayado no sé que pasó, solamente que hubo una gran batalla donde muchos perecieron. Se acabó con muchos cazadores pero muchos se fueron al exilio, dónde seguramente planean su vuelta y nuevas ideas para dominar el mundo. Tal vez pronto intenten volver, pero sé que habrá  gente velando por nosotros.

No he vuelto a ver ni a Lindsey ni a Adam desde que nos despedimos, pero sé que están ahí, los siento cerca. Mentiría si no dijera que a veces los hecho de menos, pero sé que ellos hacen lo que pueden como mejor saben.

Miré un rato el mar, perdido en mis pensamientos, recordando esa aventura que viví años atrás y que me enseñó que somos capaces de hacer cualquier cosa y que a veces solamente hay que tener fe y creer. Si algo aprendí de esa experiencia es eso, y que hay que aprender a valorar todo aquello que tenemos.
― ¡Papá, papá!   ¿Vamos a comprar un helado? ―Un niño había venido corriendo hacía mi con una enorme sonrisa.
― Un momento, cariño. papá ahora viene. Mira, por ahí viene mamá.   ―Un hermosa mujer se acercaba hacía nosotros. Era feliz, tal vez nunca fui ni seré el mejor pero ya no me importa igual que antes.No tenía mucho pe lo tenía todo. T enía una familía perfecta, unos recuerdos increíbles y trabajaba en un bonito bar. No neccesitaba nada más.
Miré a mi mjuer y la besé. 

―  Te quiero, Gabrielle.    

Vuela altoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora