Corrimos durante un rato sin parar hasta llegar a mi casa. Me arrastró hasta dentro del jardín y murmuró un "aquí estamos seguros". Soltó mi mano y me hizo un gesto con la cabeza indicándome que abriera la puerta. Saqué las llaves del bolsillo del pantalón y abrí. Esperé unos segundos al lado de la puerta para ver si Lindsey entraba. Quería preguntarle por todo lo que había pasado un rato antes. Pero no se movió del sitio.
― ¿No vas a pasar?
―No puedo. ―Simplemente respondió.
―Pues deberías. Ahora ya puedes decirme que rayos pasa aquí. No puedes volver a decirme que no pasa nada. Y tampoco sirve de nada mentir. ¿Me lo vas a explicar de una vez?
― No. Pero no puedo negar que tienes razón en que pasa algo. Ya no sirve de nada mentir. Pero este asunto es más serio de lo que parece y escapa a la comprensión de muchos. ¿Nunca has oído eso de que existe más de lo que vemos? Pues es cierto. Esos hombres que dices que te siguen no son humanos normales. Y son muy peligrosos... Si dices que te siguen des de hace tiempo estás en grave peligro. No sé que tienes que les interesa, ni que quieren de ti, pero algo te habrán visto. Y eso no es nada bueno. ― Suspiró y pasó una mano por su pelo. ― Ya me imaginaba esto... Deberías quedarte unos días en casa. Yo me ocuparé de esos hombres.
― ¿Pero tú sola? ¿No has dicho que es peligroso? ¿Vas a enfrentarte a ellos?
―Solo quiero saber qué es lo que quieren, de momento. Solo así podré tomar las medidas necesarias. Quédate en casa... Aquí estarás a salvo. Puse protección en tu casa.
― ¿Estás diciendo que hiciste alguna especie de ritual de protección en mi casa? Espera... ¿Por eso te colabas en mi jardín?
― No podía arriesgarme. Ahora no pueden entrar a los límites de la casa. Creo que será mejor que no nos veamos en un par de días. No te puedo prometer que acabará pronto, pero todo va a estar bien. Acabará bien. Lo prometo. ―Me dijo mientras empezaba a andar para acercarse a la verja del jardín. De repente se me ocurrió una pregunta:
― ¡Espera! Has insinuado que aquí pasa algo sobrenatural... Me preguntaba... ¿Eres humana? ―
― Claro que soy humana ―Rió.
―Pero deduzco que no eres normal. ¿Qué eres? ―Se giró y con una pequeña sonrisa me dijo:
― A veces hay cosas de las que cuanto menos sepas, mejor. ―Se giró y se fue alejando, se fue perdiendo en la oscuridad.
Después de que se fuera estuve un buen rato mirando por la ventana. Tenía la esperanza de que volviera, pero cuando faltaba media hora para medianoche y aún no había dado señales de vida mis esperanzas empezaron a esfumarse. Empezó a llover y pensé que era mejor retirarme a hacer cualquier otra cosa.
Tocaron las doce, y el reloj de la sala sonó marcando la hora en punto y el inicio de un nuevo día. En ese mismo instante también escuché unos golpes en la puerta. Abrí la puerta y allí estaba Lindsey, con apariencia de haber estado corriendo durante mucho rato bajo la lluvia y cara de susto. Cuando abrí la puerta solo me dijo:
―Vienen a por mí. Quieren mi corazón. Y mis ojos.
ESTÁS LEYENDO
Vuela alto
FantasyMike, un joven pesimista, conoce un día a Lindsey por casualidad y entabla una amistad con ella. Pero lo que él no tiene nunca en mente es que las cosas nunca pasan por casualidad...