capítulo 2

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Fourth salió al patio, protegido por la luz de la tarde, a cambiar de lugar los maceteros. con cuidado, intentó levantar aquel con que se golpeó, fracasando por completo.

— vamos, Fourth. — se dió ánimos. — si lograste colocarlo, debes poder-

alcanzó a retroceder, cuando el macetero impactó contra el suelo. accidentalmente quitó el pequeño seguro que lo sujetaba, ¿cómo podría saber que ese delgado alambre cumplía semejante función?

— agradezco que nunca me hayan dejado a cargo de las cenizas de la bisabuela. — murmuró, entrando para buscar la escoba.

Fourth no comprendía cómo lograba terminar involucrado en incidentes así. sólo sabía que eran demasiado frecuentes.

él no vivía, sobrevivía.

tras terminar de limpiar, continuó acomodando los maceteros en lugares que no entorpecieran su camino. sólo él consideró buena opción dejar colgando uno casi en la entrada de su puerta.

sentado en su cómodo sofá, se dedicó a editar todas las fotografías que tomó durante el día. cuando terminó, comenzó a preparar su cena, dejando un podcast de fondo.

hacer de cenar no debería ser algo difícil, pero para él no era tan simple. siempre terminaba quemándose la yema de los dedos con la llama de la cocina, se cortaba con el filo del cuchillo al rebanar las verduras, o alguna fruta, se salpicaba con hirvientes gotas de agua o aceite, o daba vuelta algo.

— ¿por qué tenía tantas ganas de vivir solo? — se preguntó a si mismo. — si me muero, ni siquiera tengo un gato que se coma mis restos.

sirvió su comida en un plato, vertió jugo en un vaso, y comió sentado en el sofá, viendo vídeos de youtube en la televisión.

la cena perfecta.

tan pronto como lo pensó, el vaso de jugo que quedó a la orilla de la mesa de centro, cedió ante la gravedad, y se rompió contra la cerámica del suelo.

— ahí se va otro. — se regañó, rodeando la mesa para ir por su basurero y un trapo.

intentando ser cuidadoso, tomó con su mano los fragmentos grandes de lo que alguna vez fue su vaso. se deshizo de los restos en el basurero, y luego acomodó el trapo en el suelo, para que absorbiera el jugo.

al terminar de limpiar, retomó su cena, preguntándose si había sido maldecido en algún punto de su vida. quizás cuando nació, porque toda la vida su suerte fue así. horrible.

— 🚑 —

Fourth caminó por uno de los pasillos del hospital, en dirección a la zona de farmacia. su madre le pidió que retirara por ella unos medicamentos, los cuales pasaría a buscar a su casa, por quedarle más cerca.

aquello se podía interpretar de otra forma. su madre quería ir a casa, para asegurarse de que siguiera vivo.

tal vez ella pensaba que quien atendía sus llamadas era una inteligencia artificial, o el fantasma del ático.

— buenos días, — habló frente a una ventanilla. — vengo a retirar unos medicamentos al nombre de-

— Jirochtikul. — lo interrumpió la enfermera, porque lo conocía a él, a sus padres, y a la mitad de su árbol genealógico de tantas veces que lo llevaron a urgencias. — ya se los traigo.

la enfermera desapareció tras un estante, en busca de lo que parecían ser remedios para la hipertensión.

— buen día. — una conocida voz lo hizo voltear, encontrándose con el médico que lo atendió noches atrás, esta vez sin bata médica.

¿Puedes ser mi médico? | GeminiFourthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora